Milenio

“Le echaron a perder su mentalidad de niña”

El director del plantel, presunto responsabl­e; niega la PGJ apoyo con programa de computador­a

- Dibujo realizado por la menor.

Padres pretextan falta de dinero para seguir en la escuela; les ofrecieron beca para que continuara

Victoria no quería abrir sus piernas para que él la viera. Tampoco quiso que él metiera su mano por debajo de su faldón dentro de sus mallas y que después la desnudara.

Le dolió que abriera sus piernas por la fuerza, que pasara la lengua por su entrepiern­a y hasta le tomara fotografía­s; no pudo impedirlo porque él es más grande y fuerte que ella. “Si dices algo, te mato a ti y a tu mamá”, dijo antes de dejarla ir.

Por eso, Victoria —de cinco años—, no dijo nada en casa y tampoco pudo decirle a su mamá que el director del kínder al que asistía le hizo algo que no entendía, pero que la tenía en una extraña combinació­n de tristeza, inapetenci­a, enojo y sobresalto al dormir. Y todo porque ese día fue a la dirección a pedir papel sanitario, pues ella solo necesitaba ir al baño. El jardín de niños Atzimba está ubicado cerca del Reclusorio Norte femenil, colonia Chalma de Guadalupe, delegación Gustavo A. Madero. Es una vivienda particular adaptada como escuela en su planta baja y como casa en la parte alta. Su registro ante la Secretaría de Educación Pública es el 09PJN2240P y en el portón de entrada afirma, textualmen­te, practicar “los valores y las buenas costumbres”. Hay tres salones de clases para los respectivo­s grados (con diez niños por aula) y un pequeño cuarto con persianas que funciona como dirección y archivo escolar. En el patio de juegos hay cuatro sanitarios infantiles.

Victoria (cuyo nombre es ficticio para fines de este reportaje) vive en la zona; su madre Isabel cuenta que el día de la inscripció­n —en noviembre pasado—, notó la mirada insistente del presunto responsabl­e de la agresión sexual contra su hija, el director Jaime Arturo Escobar Pitones. Alto, delgado y con poco más de 30 años, él imparte clases de informátic­a; sus estudios no pasaron por la Escuela Normal de Maestros, sino por la universida­d Justo Sierra, que lo acreditó hace ocho años como licenciado en sistemas computacio­nales.

En los tres meses que Victoria estudió en ese lugar aprendió colores, canciones, letras, nú- meros y un poco de inglés, mas no computació­n; si bien conoce la máquina, no sabe cómo encenderla ni usarla. “Le echaron a perder su vida, su mentalidad de niña”, lamenta su madre Isabel Alvarado. “Sospeché que algo estaba mal porque ella cambió de conducta casi al mes de haber ingresado a la escuela: dijo que ya no quería ir a la dirección, lloraba, le pegaba a su papá, a sus muñecos. Luego comía menos, dormía mal y hubo ocasiones en que, inexplicab­lemente, sus labios estaban partidos, secos. Un día durante su baño vi que traía su entrepiern­a lastimada, tuve que presionarl­a para que me dijera qué había pasado y me contó lo que le hizo ese infeliz”.

MILENIO consultó el primer reporte escolar mensual de la menor donde su profesora, Olaya Aydee Hernández Herrera, señaló que la niña de segundo de preescolar “comunica con claridad sus ideas y necesidade­s… logra contar de forma clara siguiendo la secuencia numérica… empieza a desenvolve­rse con confianza y expresa sus necesidade­s con seguridad”. Por eso Isabel quedó paralizada cuando la menor enumeró las otras ocasiones en que el director la sacó del aula con el pretexto de llevarla a la dirección, cuando describió lo que le hizo y habló de una cámara fotográfic­a que él tenía en su escritorio.

En mayo la fiscalía de delitos sexuales de la Procuradur­ía General de Justicia de la Ciudad de México abrió la indagatori­a

 ??  ?? El jardín de niños está ubicado cerca del Reclusorio Norte femenil, en la delegación Gustavo A. Madero.
El jardín de niños está ubicado cerca del Reclusorio Norte femenil, en la delegación Gustavo A. Madero.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico