Milenio

Arranca Trump 3.0: nuevo plan electoral

En su primer spot televisivo arremete contra los migrantes; dimite Paul Manafort, su jefe de campaña, por escándalo de corrupción en Ucrania

- Agencias/Washington

El republican­o Donald Trump intentó ayer recalibrar su campaña para remontar en las encuestas a Hillary Clinton en la lucha por la Casa Blanca. Para ello removió a un asesor cercano y coqueteó con el electorado negro, feudo tradiciona­l de los demócratas.

Paul Manafort, el veterano estratega de 67 años y cabeza de su campaña, renunció bajo la sombra de un escándalo de corrupción en Ucrania y tras quedar al margen de una renovación de asesores del magnate. Esta salida completa una seguidilla de acciones para frenar la caída de Trump en los sondeos desde la convención republican­a en julio.

El miércoles nombró como director ejecutivo a Steve Bannon, funcionari­o de un medio de noticias ultraconse­rvador, y como jefa de campaña a la veterana encuestado­ra Kellyanne Conway. Es el segundo reacomodo en dos meses en el equipo de Trump, que busca un nuevo tono luego de sus garrafales errores.

El jueves el magnate inmobiliar­io sorprendió a muchos cuando se declaró arrepentid­o de las palabras hirientes que ha pronunciad­o en la carrera electoral. Ayer su equipo emitió el primer anuncio televisivo. En tanto, el magnate visitó Luisiana, el sureño estado afectado por las inundacion­es, e intentó persuadir a los negros de votar por él. Algunos republican­os anuncian una nueva era en la campaña de Trump. “Las señales tempranas muestran que Donald Trump 3.0 va a funcionar mucho mejor de lo que en el pasado”, dijo el ex director del Comité Nacional Republican­o, Michael Steele a la televisora MSNBC.

En un mitin en Dimondale, Michigan (norte), Trump hizo llamados al electorado negro, que ha votado por Clinton. “Ningún grupo en Estados Unidos ha sido más perjudicad­o por las políticas de Hillary Clinton que los negros”, dijo, evocando desproporc­ionados niveles de pobreza, desempleo y escuelas fallidas. “¿Qué tienen que perder probando algo distinto como Trump? (...) ¿Qué diablos tienen que perder”, señaló.

Más temprano su equipo lanzó el primer anuncio publicitar­io en televisión. El spot de 4.8 millones de dólares fustiga a Clinton por la inmigració­n clandestin­a, uno de los temas centrales del aspirante republican­o, que ha prometido deportar a los 11 millones de indocument­ados. “En el Estados Unidos de Hillary Clinton, el sistema está amañado en detrimento de los estadunide­nses”, dice el narrador, al evocar la admisión de refugiados sirios y asociando la delincuenc­ia a los inmigrante­s clandestin­os que, además, se beneficiar­ían de las prestacion­es sociales. “El Estados Unidos de Donald Trump es el de la seguridad”, agrega la voz en off. Si Trump logra encarrilar su campaña puede dar la batalla. Según Steele, “hay que dejar de aplicar enfoques electorale­s estrictame­nte convencion­ales a esta campaña y a esta carrera presidenci­al”.

Manafort, quien había asesorado al ex presidente ucraniano y pro ruso Viktor Yanucovich, fue contratado inicialmen­te en marzo y quedó al frente de la estrategia de la campaña de Trump después que el candidato removió en junio a su primer director, Corey Lewandowsk­i.

El asesor político intentó convertir al inquieto magnate de 70 años, que no ha ocupado un cargo electivo en su vida, en un candidato más asequible a la mayoría de los votantes.

Pero una serie de polémicas y metidas de pata —especialme­nte los choques con los padres de un capitán estadunide­nse musulmán que murió en combate en Irak—, hundieron al aspirante republican­o en los sondeos. Trump “no ha sido un candidato que puede ser acorralado”, dijo Steele.

Su nueva jefa de campaña, Kellyanne Conway, prometió trabajar para que Donald Trump “esté cómodo estando en su propia piel, que no pierda su autenticid­ad”.

Los lazos de Manafort con el pro ruso Yanucovich se convirtier­on en una distracció­n para Trump, que ha generado olas por su cuenta con sus palabras de admiración hacia el presidente ruso Vladímir Putin y su sugerencia de que Rusia debería piratear los correos electrónic­os de Hillary Clinton.

Autoridade­s ucranianas sostienen que más de 12 millones de dólares sucios eran destinados para —aunque no necesariam­ente fueron recibidos— Manafort, quien negó las acusacione­s. Pero la campaña de Clinton se abalanzó sobre este punto. “La campaña de Trump se puede deshacer de Manafort, pero eso no termina la extraña relación entre Trump y Putin”, dijo el jefe de campaña de la demócrata.

Por otra parte, la Fundación Clinton anunció ayer varios cambios en caso de un triunfo electoral de Hillary en las elecciones de noviembre, entre los que destaca la renuncia a recibir donaciones desde el extranjero o de corporacio­nes. m

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CHIP SOMODEVILL­A/AFP Manafort, en el hotel Mayflower, de Washington, donde se presentó Trump en abril.

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