Carlos Jurado: el mundo visto con ojos moleculares
Su vida cotidiana y hogareña le permite percibir con ellos, por lo que el espacio doméstico adquiere gran importancia, dice el curador
Tras volver de su lucha en la Revolución cubana y después de casi morir fusilado en Guatemala por razones políticas, Carlos Jurado vivió desde 1968 en los edificios Condesa de la Ciudad de México y en Xalapa, donde fundó la Escuela de Artes, en la que se dedicó a crear alrededor del universo doméstico. “Es su vida cotidiana y hogareña la que le permite ver con unos ojos moleculares, que convierte a los objetos en miniaturas o gigantescos a través de su fotografía. Con ello el espacio doméstico adquiere una importancia que muy pocas veces ha tenido en la historia del conocimiento y en la del arte”, dice César González-Aguirre, curador de la muestra Moléculas de mundo, material inédito del fotógrafo Carlos Jurado.
Añade: “Quisimos darle un titulo que pudiera ser arriesgado, que fuera más allá del mundo de la fotografía y que nos permitiera pensar e imaginar que lo doméstico es lo molecular y lo global es lo macro. Estos dos niveles están muy presentes en la exposición, en el guion y en la distribución espacial de la exposición”.
La selección de obras del pionero de la fotografía estenopeica en México (que se podrá apreciar hasta el 6 de noviembre en el Centro de la Imagen Plaza de La Ciudadela 2, Centro Histórico) consta de 200 piezas: fotografías en color y blanco y negro, fotoserigrafías, serigrafías, publicaciones y carteles de época, cámaras, objetos mágicos, videos y títeres.
Dispuesta en 5 núcleos, la muestra exhibe aspectos de este artista chiapaneco de 87 años, quien ha aportado un sinfín de posibilidades a la fotografía para hacerla accesible a todas las personas, no solo como espectadoras sino como productoras de imágenes.
El artista chiapaneco “rescató técnicas antiguas y les dio un uso vanguardista”
Tras la introducción a la vida y obra de Jurado, “le sigue un espacio dedicado al teatro Petul, un teatro guiñol que usó con Rosario Castellanos en Los Altos de Chiapas, en un proyecto del Instituto Nacional Indigenista de concientización de vida ciudadana y derechos humanos en las comunidades indígenas. Petul es el nombre en lengua indígena del nombre que en castellano es Pedro. Este aspecto nunca se había retomado en un espacio expositivo”, dice el curador de la muestra, González-Aguirre.
A continuación hay un espacio dedicado a los Leones blancos de Baltur, la continuación de su libro El arte de la aprehensión de las imágenes y el unicornio, un libro en el que el autor ofreció sus conocimientos sobre fotografía estenopeica. Aquí también se aborda el unicornio, animal mitológico estrechamente ligado a la fotografía esteneopeica.
El cierre del recorrido está dedicado a Chichai, esposa del artista, donde destacan dos materiales: Desnudo I y Desnudo II, tratados con técnicas, donde intervienen el óleo, el transfer y la fotografía, con una cualidad pictórica y cromática especial.
La mayoría de las piezas fueron producidas entre los años 70 y 90. Entre las que más destacan por ser inéditas están Invención de la fotografía de Henry Fox Talbot, y dos videos: El nacimiento de Frankenstein y La muerte de la momia, las cuales Jurado filmó en 35 milímetros y que retratan criaturas fantásticas. “Jurado hizo muchos aportes: rescató técnicas antiguas y les dio un uso vanguardista al producir las herramientas y materias primas que requería para su obra. Propone la tecnología alternativa y la independencia de los grandes productores de estos materiales. Además, mostró que cualquier persona puede captar imágenes, entre otras cosas más”, dice González-Aguirre. m