La divulgación científica es tergiversada en la tv: Chimal
El medio, “un poco podrido, pues deber ser rápido”, dice el autor
La televisión está matando la divulgación científica, la tergiversa y desvía su atención, dijo Carlos Chimal, escritor y autor de diversos libros de divulgación científica los cuales ha realizado en sus más de 20 años de carrera.
El también novelista aseguró, en entrevista con MILENIO, que la mejor forma para dar a conocer los avances científicos que se dan día con día es a través de los libros, dado a que los otros medios de información “son un poco inútiles, fútiles y triviales”.
Los otros medios “pueden divulgar la ciencia si tienen imaginación y si (los que la difunden) pueden entrar a esa mafia, porque luego son éstas las que no dejan introducir (el contenido). Pero sí se pueden hacer cosas buenas si alguien tiene la suficiente sensibilidad y talento”, aseguró Chimal.
Sobre la labor de otros medios de divulgación científica opinó que “lo único que necesitan es llenar su tiempo, por eso meten hora y media de contenido sobre extraterrestres (...) puras idioteces para vender de la peor manera (…) La naturaleza de la televisión está un poco podrida porque tiene que ser rápida. “Cuando Discovery Channel iba a entrar a México, vinieron primero conmigo para ver si podíamos hacer algo y me decepcioné de saber que a ellos no les interesaba difundir sobre los científicos mexicanos o de Latinoamérica; lo que querían hacer era otra vez el mismo reportaje tonto sobre los cenotes y las pirámides, lo mismo aburrido. Discovery fue bueno hace 30 años, pero ahora es una basura completa, así como History y NatGeo”.
No obstante, admitió que Discovery hizo programas buenos “en su mejor momento”, pero por la necesidad de vender “se desbarrancaron. Hubo excelentes programas como los que tenían la participación de Sthephen Hawking. Siempre hay cosas que se pueden hacer, pero la mediocridad es un lastre casi tan pesado como la gravedad”.
Actualmente, explicó el autor de los libros El universo en un puñado de átomos y Las entrañas de la materia: antología de relatos científicos, en México falta más cultura científica, pero también literaria, esto en comparación a países como Gran Bretaña, que los sábados en la tarde, en Oxford Circus, las librerías están llenas de gente comprando los textos. “¿Por qué saber más de ciencia? Para tener una mejor certidumbre del mundo y ser mejores personas (…) Más que divulgarla, se debe pasar a un compromiso social con la compresión pública de la ciencia; que la gente adquiera conocimiento cabal en algunos puntos que le permitirán ser mejor persona en su vida (...) para saber quiénes somos y por qué somos así”, destacó.
Por otro lado, aseguró que una de las adversidades que tiene este tipo de divulgación es que la ciencia es compleja, y que se necesite del esfuerzo del periodista por entenderla y trasmitirla. “Discovery Channel fue bueno hace 30 años, pero ahora es una basura completa” “No es que sea un obstáculo insalvable (...) Solo lo difícil es bello… A los mexicanos les dicen que no leen, pero yo creo que hay gente orgullosa que dice: ‘¡Ah!, no leemos; pues ahora voy a leer’”, dijo.
Señaló que para el consumo del periodismo científico se debe hacer mejores libros, ser honestos, dar lo mejor, y esperar a que la gente los tome, ya que esto es un tema de conciencia y voluntad.
Chimal indicó que la rentabilidad en este campo se da con el esfuerzo que se hace, dado que no se puede medir en términos monetarios, “porque hay algo más importante que el dinero: el conocimiento, que es difícil de cuantificar en este sentido”, aunque “como está de moda (la publicación científica), esto incrementa el interés de la gente, y por ello es cada vez más rentable”.
La divulgación científica “tiene un futuro provisorio y fascinante, casi inagotable porque siguen sucediendo cosas, y la gente va a querer seguir aprendiendo”, dijo.
Concluyó en que la ciencia ficción daña al conocimiento, que lo único que hace es “mantener en un corralón de paranoias y esquizofrenias a sus lectores. Es parecido a la seudociencia, en la cual la gente queda enloquecida al creer en tontería y media, cuando (en la ciencia real) está la verdadera imaginación y fantasía; nada más es cuestión de abrirle la puerta”. m