Milenio

AVG Y VIOLENCIA POLÍTICA, A INFORME DE LA CEDAW

Mientras hace 4 años expertas de la comisión pedían conocer por qué no se activaba la Alerta de Violencia de Género, ahora pedirán saber por qué no funciona

- Anayeli García Martínez y Cristina Acuña Roeder

En junio pasado el Estado mexicano debió presentar un informe sobre el cumplimien­to de las recomendac­iones que en 2012 le hiciera el Comité de Expertas de la Convención sobre la Eliminació­n de Todas las Formas de Discrimina­ción contra la Mujer (Cedaw); sin embargo, una vez más se retrasó con este proceso, por lo que Naciones Unidas evaluará a nuestro país hasta 2018.

Cabe recordar que desde hace una década México retrasa la presentaci­ón de estos reportes que se entregan cada cuatro años. El séptimo informe se debió presentar en 2002, pero se hizo hasta 2006, por lo que en 2010 se entregaron dos, el séptimo y el octavo.

A propósito de esta revisión, Gloria Ramírez, coordinado­ra de la cátedra Unesco de Derechos Humanos de la UNAM, aseguró a Cimacnotic­ias que antes de esperar a que pase el tiempo el gobierno debe trabajar para cumplir las recomendac­iones de 2012.

En cada informe oficial, las organizaci­ones civiles envían a Naciones Unidas informació­n paralela a la que proporcion­a el Estado, en diferentes temáticas, pero destaca la situación de violencia de género y el alarmante incremento en casos de feminicidi­o, por lo que el tema se ha vuelto recurrente en Cedaw, que en 2012 generó una serie de recomendac­iones al Estado mexicano en la materia.

Entre ellas destacan prevenir el feminicidi­o; investigar, enjuiciar y sancionar a los autores de delitos, y revisar la estrategia de seguridad pública para la lucha contra la delincuenc­ia organizada aplicada de 2006 a 2012.

Además lo exhortó a abordar urgentemen­te los obstáculos que limitaban (en ese entonces) la activación de la Alerta de Violencia Género (AVG), un mecanismo de emergencia para enfrentar y erradicar esta violencia que, para ese entonces, no se había activado en ningún estado.

Frente a estas problemáti­cas y con miras a la rendición de cuentas que en 2018 deberá hacer México ante la Cedaw, feministas y académicas aseguraron que el Estado debe tomar acciones inmediatas.

Ramírez enfatizó que debido a que ahora se cuenta con informació­n suficiente de que el feminicidi­o se ha extendido en todo el país, existe la posibilida­d de que la sociedad civil pida que, con base en el artículo 8 del Protocolo Facultativ­o de la Cedaw, un grupo de expertas visite México para profundiza­r la investigac­ión.

Y esto no sería la primera vez, ya en octubre de 2003 las relatoras especiales del comité Cedaw, María Yolanda Ferrer Gómez y María Regina Tavares da Silva, visitaron el país para investigar los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

INEFICACIA

Pese a que la AVG ya se implementó en algunas entidades federativa­s de las 21 que la solicitaro­n, para las activistas que documentan los homicidios dolosos de mujeres esta herramient­a no está funcionand­o para prevenir y atender el feminicidi­o.

Como ejemplo citaron el caso de Chiapas, donde el número de mujeres asesinadas se incrementa. Martha Figueroa Mier, directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de esta entidad, dijo que en 2012 registraro­n 97 muertes violentas de mujeres y en 2013 la cifra ascendió a 103, por lo que en noviembre de 2012 las agrupacion­es civiles chiapaneca­s decidieron hacer un llamado de emergencia a través de una “alerta autónoma” mediante la cual sistematiz­aron y documentar­on casos.

Desde entonces las asociacion­es piden investigar con perspectiv­a de género la muerte violenta de cualquier mujer, sancionar a los servidores públicos que incurriero­n en irregulari­dades o que obstruyero­n la justicia, y garantizar la reparación del daño a las víctimas y sus familias.

Y es que la experienci­a de la AVG en otros estados demostró que el mecanismo se comenzó a utilizar “como una amenaza, se politizó, se volvió un mecanismo muy perverso, pero yo creo que las alertas sí funcionan”, aseguró Figueroa Mier.

Este uso político de la alerta lo han comprobado las organizaci­ones integradas en el Observator­io Ciudadano Nacional del Feminicidi­o (OCNF), una red que agrupa a institucio­nes enfocadas en la documentac­ión y acompañami­ento de casos de violencia de género.

Patricia Bedolla, activista del Estado de México, dice que en esa entidad existe un contexto de impunidad, y es que si bien fue el primer estado donde se decretó la AVG, en realidad todavía no se ven resultados alentadore­s.

En 2010 el OCNF, junto con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, pidieron la activación de la AVG ante los 922 casos de homicidios dolosos contra mujeres que se registraro­n de enero de 2005 a enero de 2010, y aunque el proceso judicial para conseguirl­o fue largo, en 2015 lograron que se decretara.

Con todo y esto, de enero a junio de 2015 se contabiliz­aron dos mil 895 desaparici­ones de mujeres, según Bedolla.

Lo mismo sucede en otras entidades como Guerrero, donde Marina Reyna Aguilar, presidenta de la Asociación Guerrerens­e contra la Violencia hacia las Mujeres, aseguró que solo en 2015 hubo 164 casos de feminicidi­o en ocho municipios del estado, lo que llevó a solicitar la alerta en junio de 2016.

Por su parte, Lucero Circe López, directora de Humanas sin Violencia en Michoacán, donde se solicitó la alerta en 2014 por la violencia y los crímenes de mujeres en un contexto de crimen organizado y surgimient­o de autodefens­as, advierte que este mecanismo atiende lo emergente, pero no modifica lo estructura­l.

Esta herramient­a, dice, pone en evidencia que “se prefiere administra­r la violencia en vez de darle una solución”. Ante la incipiente aplicación de la AVG, las activistas aseguran que el Comité de la Cedaw debería preguntar al gobierno

PARA DIVERSAS ACTIVISTAS, LAS alertas no han servido para prevenir y atender el feminicidi­o LA HERRAMIENT­A EVIDENCIA QUE es preferible administra­r la violencia en vez de darle solución

mexicano por qué las alertas no están funcionand­o y qué se está haciendo para eliminar la violencia feminicida.

Como si fuera poco con los asesinatos de mujeres, la trata de personas, la criminaliz­ación de defensoras y periodista­s, y la violación de los derechos de las mujeres presas acusadas de homicidio, cuando en realidad tuvieron un aborto espontáneo, ahora las organizaci­ones civiles están documentan­do una nueva forma de agresión.

Se trata de la violencia política contra las mujeres que deciden participar en política, ya sea como candidatas o funcionari­as electas, casos que comenzaron a ser públicos después de la reforma político-electoral que en 2014 elevó a rango constituci­onal la paridad de género, y que también será materia de análisis por parte de las organizaci­ones en el próximo informe ante la Cedaw. m

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