Avión-tren, sueño revolucionario para el transporte global
La cápsula sería el equivalente al fuselaje de un aeroplano convencional, aunque sin sus atributos habituales, y el “ala voladora” tendría la capacidad de acomodar hasta tres cápsulas, cada una hasta para 150 pasajeros.
Además de mejorar la tasa de ocupación de las aeronaves y reducir la posibilidad de que haya vuelos vacíos, esta modalidad podría abaratar los costos de mantenimiento y reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, ya que un Clip-Air puede transportar la misma cantidad de pasajeros que tres aviones A320 con la mitad de motores, según el EPFL.
Así, un vuelo de cuatro mil kilómetros con tres módulos acoplados sería más barato en consumo de combustible que hacerlo con tres aviones con la misma capacidad de carga. El ahorro podría ser mayor dependiendo del combustible, pues se estudian opciones como el hidrógeno líquido y los biocombustibles.
El Clip-Air puede operar en los aeropuertos tal cual están concebidos hoy, y las medidas de los vagones de tren que transportan sus cápsulas (alrededor de 30 metros de largo y 30 toneladas de peso), están pensadas para ser compatibles con las actuales vías ferroviarias.
Además, el embarque, tanto de mercancías como de pasajeros a bordo de las cápsulas, puede efectuarse tanto en un aeropuerto como en una estación ferroviaria o un centro de producción, lo cual puede revolucionar los sistemas de transportes, según el EPFL.
En los aeropuertos, estas cápsulas similares a fuselajes —y dotadas de ventanillas si llevan pasajeros— serán transportadas por unas gigantescas carretillas motorizadas hasta situarlas en su posición y después serán elevadas hasta quedar acopladas a la estructura propulsora, cuyos trenes de aterrizaje se encontrarán a los costados, quedando las cápsulas entre ellos.
La aeronave realizará su vuelo con las cápsulas acopladas en su parte inferior, las cuales, tras su aterrizaje, serán recogidas por carretillas motorizadas y trasladadas a otro lugar, para volar a otro destino, o a unos vagones ferroviarios.
Las cápsulas o módulos pueden ser una, dos o tres, y combinarse de distintas formas, por ejemplo dos de carga y una de pasajeros, o bien a la inversa, según informa el EPFL.
PLAN A LARGO PLAZO
Consultado sobre cuándo podrían comenzar a operar las primeras unidades Clip-Air, Claudio Leonardi prevé que la aeronave con tres cápsulas no estará lista antes de 2060.
“Vamos a comenzar con aeronaves más pequeñas, tales como aviones privados o para negocios, y la experiencia y el que obtengamos nos servirá de base para desarrollar otros más grandes”, adelanta.
Leonardi asegura que con una sola ala “pueden configurarse diez aeronaves diferentes, variando los tipos de cápsulas”, mientras que las distintas configuraciones “permitirán hacer frente a distintos tipos de demandas aéreas con la misma aeronave y motores y, además, posibilitarán que las aerolíneas reduzcan sus flotas”.
Respecto de la seguridad, Leonardi y su equipo prevén, en el caso de que se produzcan problemas graves a una altitud de crucero, las cápsulas “serían eyectadas del ‘ala portadora’ y se depositarían de forma automáticas en un sitio más seguro de la zona que sobrevuelan en ese momento, mediante un sistema especial de paracaídas”.
“Las cápsulas de pasajeros estarán radicalmente separadas de la cabina de la tripulación y no llevarán combustible”, señala el investigador, recalcando que en el EPFL no están construyendo simplemente una aeronave, sino explorando un concepto de transporte modular totalmente nuevo. M