Es medalla de oro en pérdidas y mentiras
Personifica la debacle económica de Brasil, poco queda de los 45 mil millones de dólares que algún día tuvo y, por si fuera poco, se enfrenta a un juicio
Si alguien encabeza la lista de los ex multimillonarios que más fuerte han caído sin duda es Eike Batista. El empresario e inversionista brasileño retrata además fielmente otra debacle, la de la economía brasileña, ya que en ambos casos mucho de su músculo financiero se basó en falsas pretensiones de grandeza.
Batista, quien alguna vez declaró que desbancaría a Carlos Slim del puesto del latinoamericano más rico (cosa que nunca consiguió), llegó a controlar una fortuna de más de 45 mil millones de dólares en su cúspide, hasta que la perdió, al tiempo que la misma economía de Brasil se derrumbó como castillo de arena.
En Brazillionaires, su clásico instantáneo sobre cómo los multimillonarios brasileños se hicieron ricos, poderosos, decadentes… Álex Cuadros cuenta que el boom de las materias primas (como soya, petróleo, café, etc), contribuyó a crear personajes riquísimos, como el magnate de la minería Eike Batista.
Ya para 2010, Cuadros, un corresponsal de Bloomberg en América del Sur, cuenta que Batista era la octava persona más rica del mundo. Se trata del mismo año en que Slim llegó por primera vez a la lista de Forbes de los multimillonarios con las mayores fortunas. Envalentonado por su ascenso en los rankings, en una entrevista con Charlie Rose Batista advirtió que el magnate mexicano debería ponerse “a limpiar bien su espejo retrovisor pues lo voy a rebasar”.
Esto nunca sucedió. Dos años después, Batista alcanzó su máximo sitio en la lista, un escaño más. Y es que lo mismo que colegas suyos como Blairo Maggi (del negocio de la soya) y otros, contribuyío a crear la imagen de Brasil como la nación más prometedora entre los mercados emergentes. Según Cuadros, lo que vendieron fue el sueño brasileño de grandeza. Y que, así como ese sueño se evaporó, la riqueza de Cuadros se colapsó.
Desde entonces, el hijo del ex director de Vale, uno de los conglomerados mineros más grandes del mundo, pasa por un juicio en que lo acusan de haber realizado transacciones ilegales dentro de sus empresas. En específico, Batista pidió a sus seguidores en Twitter que compraran acciones de su empresa petrolera Oleo e Gas Participacoes mientras en secreto él mismo se deshacía de papel de la empresa (un delito conocido como inside trading).
En los medios brasileños a Batista además lo acusan de algo imperdonable para alguien de su nivel de egolatría y culto a su persona: es un falso. Nada en su persona y vida es auténtico, alegan. Le critican hasta su pelo.
El juicio es seguido por los brasileños como si fuera una novela televisiva, aunque con mayor morbo por tratarse de un caso de la vida real. En una mezcla de amorodio, causa furor cada vez que se liberan detalles al respecto. Como cuando la policía confiscó relojes, esculturas, autos de lujo (como Lamborghinis y Porsches), y más objetos de sus dos casas. Incluyendo un objeto fascinante: un huevo Fabergé... que resultó ser falso.
Para el juez que seguía la causa, era evidente que Batista estuvo deshaciéndose de sus bienes, no sólo propiedades y activos, sino de enormes sumas de dinero en efectivo que terminaron en cuentas en el extranjero. La “novela” tomó un giro inesperado cuando los abogados de Batista mostraron fotos del juez saliendo del edificio donde el ex millonario tiene un departamento, conduciendo uno de sus Porsches. La respuesta del juez, al que quitaron del caso, es que solo cuidaba del vehículo al haber una falta de espacio en los estacionamientos de la corte.
Obsesivo con salir en los medios demostrando su personalidad histriónica, Batista se da tiempo para acometer actos mediáticos. Un ejemplo es su afirmación de que participó en un ritual para agradar a la “Reina del Mar” arrojando monedas de oro en Río de Janeiro con el fin de que pueda recuperar su fortuna.
Batista dice que botó las monedas, valuadas en casi 150 mil dólares, luego de que un líder religioso le recomendó agradar a Yamanja, una deidad del culto afrobrasileño umbanda, ofreciéndole el sacrificio de parte de su fortuna.
Los brasileños que nada le creen afirman que las monedas eran falsas y que el supuesto rito nunca se llevó a cabo. Pero Batista confía en que su suerte cambiará, lo mismo que la de Brasil. Y algo de esto podría ser cierto luego del éxito de los Juegos Olímpicos Río 2016, un evento al que Batista ayudó a Brasil a conseguir. M
Dos industrias son las que mejor desempeño han demostrado en años recientes en México: la automotriz y la de las telecomunicaciones, pues ambas crecen más que el promedio del producto interno bruto, por lo que su creciente interrelación es uno de los puntos brillantes en el contexto económico actual. Así, muchos analistas prevén que lo mejor está por venir en el campo de la telemática, los autos conectados, o como quiera llamarse este segmento de la llamada internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés).
Por ello es saludable que en esta industria comiencen a despegar iniciativas de servicios conectados a los autos, donde las armadoras y proveedoras de servicios ampliarán sus inversiones en los próximos años.
A nivel global la firma de investigación SNS calcula que el mercado de los autos conectados sumará ingresos por 14 mil millones de dólares, derivado sobre todo por la explosión de aplicaciones dentro de conceptos como el infotainment, la navegación, la gestión de flotillas, el diagnóstico remoto, la notificación automática de accidentes, las mejoras en seguridad, los seguros basados en el uso (UBI, una de las nuevas tendencias en la industria de los seguros automotrices), el manejo del tráfico y la conducción semiautónoma.
Esta industria crecerá a más de 47 mil millones de dólares en 2022. Esto es sólo hablando de software pues si se suma la oferta total de la IoT automotriz (aplicaciones, hardware y servicios), la industria crecerá de más de 20 mil millones de dólares este año a 83 mil millones en 2022
Otro reporte, de IHS, prevé que para 2020 55 por ciento de los vehículos de todo el mundo estarán conectados. De acuerdo con esta firma, la conectividad de los autos para dentro de cuatro años estará definida (pero no limitada) al uso de sistemas de asistencia al conductor, integración a telefonía móvil, telemáticas, el control remoto de los vehículos, WiFi, y autonomía.
De este concepto, IHS destaca que en la preferencia por los autos autónomos lleva la delantera el grupo de los millennials y la llamada generación Z, pues casi la mitad de ellos dice que se “montaría en un auto que se maneja solo o que compraría uno”.
En México, gran parte de esta industria ha crecido del lado de los servicios a conductores. En ello destaca, por ejemplo, la iniciativa de General Motors, afirma la consultora Frost&Sullivan. Con ello, la industria irá más allá de la geolocalización, dedicada sobre todo al monitoreo de autos robados.
La iniciativa de GM se llama OnStar, un sistema instalado en algunos vehículos que brinda conexión a centros de ayuda y emergencia. Asimismo, BMW tiene su versión ConnectedDrive, con la cual los vehículos ensamblados desde 2015 ya cuentan con esa tecnología.
Según Frost&Sullivan, para 2020 unos 330 mil conductores serán suscriptores de servicios de telemática, sobre todo de monitoreo de autos robados y soluciones de inmovilización remota. De hecho, la firma prevé que para ese año más de una cuarta parte de los vehículos saldrán de las agencias con algún tipo de servicio de conectividad ya funcional.
Otro ejemplo, pero dentro del segmento de flotillas, es la alianza que firmó Uber con Azuga, un proveedor de servicios, para monitorear los autos de los socios mediante un dispositivo y una aplicación.
A decir de Azuga, con sus aplicaciones los accidentes de los conductores de Uber han bajado hasta 72 por ciento, reportan un descenso de 14 en el consumo de gasolina, pagan 10 por ciento menos en costos de mantenimiento y su gasto de operación baja hasta 12 por ciento.
Azuga ayuda a los dueños de autos en Uber a seguir en tiempo real las actividades de sus vehículos a fin de ganar eficiencia y seguridad en la operación. M