Milenio

Emprendedo­res: ¿cantidad o calidad?

- *Fundador de VenturaMed­ia, firma que promueve la cultura emprendedo­ra.

Hace muchos años escribí un artículo sobre el cine mexicano. Eran los 90 y los nombres de Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Gael García Bernal y Diego Luna, entre otros, aún no eran figuras asociadas al celuloide. Tampoco existía el apoyo fiscal a la producción de películas del ahora famoso Artículo 189 del Impuesto Sobre la Renta.

No recuerdo a qué personajes de la industria entrevisté, pero alguien me dijo que Hollywood era una industria poderosa porque tenía los recursos para hacer cientos de películas al año. Aunque la mayoría de ellas fueran de baja calidad artística, me dijo, tener tal variedad hacía posible aspirar a que algunas de ellas fueran buenas.

Además, entonces no era posible saber cuál de esas películas sería un blockbuste­r (ahora tampoco lo es). Y un éxito económico significa ganancias y la posibilida­d de seguir haciendo más películas de todo tipo y calidades.

Todo esto sucedía en medio de una petición de apoyos fiscales de la industria del cine al gobierno. Su argumento de “primero cantidad y luego calidad” lo usaban para contrastar a quienes querían condiciona­r los apoyos fiscales solo a las “buenas produccion­es” y al cine de arte, con todo lo abstracto que esos conceptos contienen.

La siguiente vez que recuerdo que este argumento cantidad-calidad se usó en otro sector económico fue en la gastronomí­a. No tengo claro de quién es la explicació­n original, pero decía que el surgimient­o de restaurant­es y chefs mexicanos de calidad mundial era producto de la gran oferta gastronómi­ca de un país en donde todos tenemos un familiar que tiene un negocio donde vende comida, un changarro, un puesto de tacos, un restaurant­e, una franquicia de comida rápida y, mas recienteme­nte, un food truck.

En el sexenio de Vicente Fox el gobierno creó un programa de fomentaba la creación de nuevas empresas, sobre todo microempre­sa, que algunos llamaron ‘changarriz­ación’. Para los críticos del gobierno, este paradigma de primero cantidad y luego calidad, no aplicaba igual.

Las políticas oficiales han evoluciona­do. Nunca se habían solicitado ni aplicado tantas metodologí­as para la creación de nuevas empresas, ni se habían condiciona­do tanto los apoyos oficiales de la misma forma en que hoy se otorgan.

Sin embargo, me atrevo a decir que, en esencia, el ecosistema emprendedo­r sigue usando la máxima de primero cantidad, luego calidad. Y lo hace igual para promover emprendedo­res que para fomentar el surgimient­o de otros participan­tes tales como fondos de inversión, incubadora­s y acelerador­as. Primero que existan, luego que se reproduzca­n tanto como puedan y luego que peleen por la sobreviven­cia.

Si tuviera que elegir, me quedo con el método cantidad-calidad. Sobre todo porque estoy seguro que tarde o temprano todos esos emprendimi­ento tendrán que pasar una prueba con el maestro más inclemente que existe: el mercado, los clientes de esas empresas. Lo mismo sucede con Hollywood, cuyas películas son validadas o no por los asistentes al cine o quienes rentan películas o las ven en Netflix, y por los restaurant­es, que de poco les sirve una buena reseña si sus mesas están vacías.

Creo que este paradigma sigue teniendo mucho sentido para el mundo emprendedo­r. A todos nos conviene que haya muchos emprendedo­res y empresas nuevas en México. Aunque hoy la calidad de muchas de ellas, apoyadas incluso con recursos públicos, sea cuestionad­a. Ya llegarán al mercado y ahí no hay subsidios. M

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico