Hillary Clinton y su alergia a las ruedas de prensa
La candidata demócrata se enfrenta a un problema de desconfianza entre los votantes, según las recientes encuestas
Cuando Hillary Clinton apareció a principios de agosto en la convención conjunta que celebraban en Washington las asociaciones de periodistas hispanos y afroamericanos la expectación entre los mil 500 informadores era máxima.
Aquello estaba pensado como una conferencia de la candidata del Partido Demócrata ante los asociados, pero acabó convirtiéndose en una rueda de prensa. Nada fuera de lo normal tratándose de un auditorio integrado por periodistas. Lo anormal era que Clinton llevara 36 semanas sin someterse a las preguntas de los medios.
A la primera mujer que aspira a la Casa Blanca no le gustan las ruedas de prensa. Exceptuando ese encuentro con periodistas hispanos y afroamericanos, que fue seguido por muchos otros informadores por televisión, Clinton lleva ya más de 260 días sin dar una. Quedan dos meses y medio para las elecciones presidenciales y la última fue en diciembre en Iowa.
Sin llegar al extremo de su máximo rival, el republicano Donald Trump, que ha vetado a medios, la ex secretaria de Estado y ex primera dama mantiene una relación complicada con la prensa. Ya antes de su nominación oficial como candidata demócrata en la convención de su partido en Filadelfia, periodistas encargados de cubrir su campaña se quejaron de que no tenían acceso a ella.
En medio de la tormenta mediática por los posibles conflictos de intereses en relación a la filantrópica Fundación Clinton —sobre la candidata se cierne la sospecha de haber sido influida por millonarios donantes durante su etapa como secretaria de Estado—, Clinton dio esta semana a CNN su primera entrevista nacional en un mes.
“¿Por qué no dar una rueda de prensa con varios periodistas?”, le inquirió su entrevistador. “Va a haber muchas oportunidades para que hable con la prensa y con los estadunidenses”, dijo ella. Su campaña apunta que aunque no dé ruedas de prensa, Clinton responde preguntas en muchos formatos.
La campaña de Donald Trump, entretanto, intenta explotar la alergia que Clinton tiene a las ruedas de prensa lanzando preguntas en los e-mails que envía a los periodistas. “Rudy Giuliani tiene una pregunta para Hillary ‘la escondida’: 265 días”, decía en su encabezamiento de este viernes, en el que el ex alcalde de Nueva York le inquiría sobre la controversia de la Fundación Clinton.
El asunto se ha convertido ya en un gran problema en la campaña de la candidata demócrata, favorecida durante un tiempo por las polémicas que desata cada dos por tres su rival. El escándalo en torno a la Fundación Clinton se deriva del de los e-mails enviados por una cuenta privada —no segura— mientras era secretaria de Estado.
La candidata demócrata se enfrenta a un problema de desconfianza entre los votantes, y su negativa a ponerse delante de los periodistas podría no beneficiarla.
Aunque la mayoría en los sondeos la cree preparada para presidir el país, hay un número importante que no la considera honesta ni digna de confianza. A principios de este mes era un 59 por ciento en una encuesta conjunta de The Washington Post y ABC News. Hace diez días, otra de NBC News mostraba que solo 11 por ciento de los votantes cree que es honesta y digna de confianza. m