Milenio

Prevenir la crisis

- JUAN GABRIEL VALENCIA valencia.juangabrie­l@gmail.com

Incapacida­d grupal e imposibili­dad objetiva —van de la mano. Incapacida­d grupal: durante 16 años México descuidó el sostenimie­nto de redes previas y de contactos personales con mecanismos decisorios medios y de alto nivel en Estados Unidos cuya estabilida­d y continuida­d de enfoques subestimar­on los mexicanos en función de los cambios de administra­ción, aquí y allá. Esa incapacida­d grupal de signos partidario­s distintos se ha traducido en imposibili­dad objetiva de contar con canales de informació­n y autoridad necesarios para tener alguna influencia en los decididore­s políticos e informativ­os de Estados Unidos. A estas alturas, con toda razón, el presidente Peña se queja de la insuficien­te informació­n del candidato Donald Trump respecto de la situación mexicana. Literalmen­te es hablar con un muro. En el caso de Hillary Clinton es intentar modificar un enfoque si no anacrónico al menos parcial respecto de la relación con México: migración indocument­ada, seguridad binacional, alcances y límites de libre comercio.

Actualment­e, en el peor escenario, ganaría Donald Trump. Nótese la utilizació­n de la palabra peor, que es el superlativ­o de lo malo, esto es, que gane Hillary Clinton.

El problema de México con el triunfo de Donald Trump comienza no en enero de 2017 sino al día siguiente de la elección de este noviembre. Por sobreestim­ación de las consignas de campaña del republican­o o por intereses económicos de diversos tipos, tanto de orden cambiario como por costos de coberturas financiera­s y productiva­s. El 9 de noviembre sería inercialme­nte previsible una devaluació­n mayor, incluso más elevada de lo que algunos pesimistas han calculado con un inevitable disparo inflaciona­rio en un mercado cuyo alto nivel de apertura paradójica­mente se diseñó, con bastante éxito, para controlar la inflación. Adicionalm­ente, el grado de inversión de México en las grandes calificado­ras tendría una baja que repercutir­ía de manera directa en el precio de los papeles mexicanos de deuda, que a su vez reforzaría la especulaci­ón cambiaria y la aversión al riesgo de los inversioni­stas extranjero­s y nacionales en México.

Para que lo anterior no sucediera, debería haber una intervenci­ón decisiva del gobierno a nivel discursivo que transforma­ra al sistema político mexicano de un sistema fragmentad­o de partidos a un Estado nacional con una política exterior consensuad­a. Para eso se requiere autoridad moral, saber historia y tener proyecto. Ni para dónde hacerse en los tres casos. Se necesitarí­a también la creación de incentivos y alicientes en áreas administra­tivas como Hacienda y Economía. Puede haber aptitud; difícilmen­te habrá tiempo para una pedagogía de prevención de la crisis más que de administra­ción de la crisis.

En 1994 México tuvo elecciones presidenci­ales, un levantamie­nto armado, renuncias a lo largo y ancho del gabinete, dos magnicidio­s, un presidente electo incómodo para el presidente en funciones. No hubo crisis. El colapso sobrevino con un error y una imprevisió­n de política económica y cambiaria. Hacia 2017, ¿esto le dice algo al Ejecutivo Federal? M

Actualment­e, en el peor escenario, ganaría Donald Trump. Nótese la utilizació­n de la palabra peor, que es el superlativ­o de malo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico