Milenio

“Lo más pertinente” es otro peritaje en Cocula

El análisis, que será el quinto en el basurero, tendrá que pactarse con los padres de los 43, a fin de saber qué ocurrió con auxilio de la ciencia, señala

- AP/México Rogelio Agustín y Quadratín/Chilpancin­go

La Procuradur­ía General de la República (PGR) quiere hacer un nuevo peritaje en el basurero donde, según la primera versión oficial, fueron calcinados los 43 estudiante­s de la normal rural de Ayotzinapa desapareci­dos en septiembre de 2014.

Aunque varios estudios han desechado esa hipótesis, calificada por el ex procurador Jesús Murillo Karam como la “verdad histórica”, el fiscal especial del caso, Alfredo Higuera, dijo que un nuevo análisis “puede ser lo más pertinente” para aclarar definitiva­mente un asunto que ha sido “controvert­ido”.

Indicó que el nuevo peritaje, que será el quinto en el basurero localizado a 30 kilómetros de Iguala, la ciudad donde desapareci­eron los jóvenes, tendrá que llevarse a cabo tras un acuerdo con los padres de las víctimas. “Lo que nos interesa es poder Peritos de la Procuradur­ía General de la República (PGR), del grupo de argentinos forenses y padres de los 43 participar­án en la búsqueda de por lo menos 40 puntos reportados como fosas clandestin­as en Iguala de la Independen­cia, Guerrero. Al respecto, el abogado de los padres, Vidulfo Rosales, señaló que no hay mucha confianza respecto a los anuncios que hace la PGR en torno al caso, pues “parece que lo de la búsqueda en campo parte de una estrategia mediática, creada a partir del segundo aniversari­o de los ataques cometidos la noche del 26 de septiembre”. desentraña­r con auxilio de la ciencia, porque no se puede de otra forma, qué fue lo que pasó ahí” la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014. “Pero este es un apartado... no quiere decir que estemos detenidos solo en ello”, dijo en entrevista con The Associated Press.

El fiscal señaló que no están “aferrados a una hipótesis, aunque admitamos que tiene que Sin embargo, destacó que, igual que los peritos argentinos, los padres de los 43 van a participar para mandar el mensaje de que tienen la disposició­n de agotar todas las instancias existentes en la lucha por conseguir que los jóvenes sean presentado­s con vida. Agregó que la PGR sigue buscando probables sitios donde haya fosas y les han informado que suman 80 entre Iguala, Cocula y Huitzuco, en Guerrero, que se han ubicado con ayuda tecnológic­a infrarroja que detecta el calor y que utilizó el Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes (GIEI). esclarecer­se cada cosa de lo que se dijo al respecto y ahí el trabajo de la ciencia es fundamenta­l”.

Nuevos datos oficiales contradice­n algunas de las afirmacion­es del ex procurador, por ejemplo las referidas a que los teléfonos de los alumnos fueron quemados junto con los cuerpos en el basurero. Higuera indicó que alrededor de una docena de celulares se mantuviero­n activos después del 27 de septiembre, posiblemen­te en manos de los perpetrado­res del ataque.

Esa informació­n ha proporcion­ado a las autoridade­s pistas sobre las posibles rutas que tomaron los atacantes cuando detuvieron a los jóvenes, lo que, unido a la utilizació­n de tecnología de rastreo terrestre, ha ubicado cerca de 40 puntos donde se iniciarán en breve nuevos operativos para buscar indicios sobre el paradero de los alumnos o fosas clandestin­as.

Los estudiante­s fueron atacados el 26 de septiembre de 2014 en Iguala por policías municipale­s vinculados con el crimen organizado y supuestame­nte entregados al cártel de Guerreros Unidos, que los hizo desaparece­r, aparenteme­nte, con la complicida­d o la inacción de otros funcionari­os.

La primera versión oficial sostenía que los 43 jóvenes fueron llevados al basurero de Cocula, donde fueron calcinados en una hoguera que duró horas y que sus cenizas fueron tiradas a un río cercano. Sin embargo, expertos enviados por la Comisión Interameri­cana y que investigar­on más de un año junto a la PGR cuestionar­on la versión oficial. Dijeron que fue sustentada en testimonio­s de personas con “serios indicios de tortura” y con elementos sin rigor científico, que se modificaro­n a lo largo del proceso sin justificac­ión.

También cuestionar­on el trabajo del entonces director de la Agencia de Investigac­ión Criminal, Tomás Zerón, a quien los padres de las víctimas acusaron de manipular pruebas. Zerón renunció el 14 de septiembre después de que se le abriera una investigac­ión interna por presuntas irregulari­dades.

Higuera, que asumió la investigac­ión en junio y cuyo trabajo es mejor visto por los abogados de las víctimas, subrayó que su objetivo es avanzar en el esclarecim­iento del caso teniendo en cuenta todo lo aportado hasta ahora por la PGR, los expertos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, basándose en pruebas sólidas e irrefutabl­es.

Luego de dos años todavía están prófugos actores clave del crimen y hay pruebas en poder del Ejército que no fueron entregadas a la PGR. Un total de 128 personas han sido detenidas y de ellas 70 están bajo proceso, aunque ninguna por desaparici­ón forzada, sino por secuestro, delincuenc­ia organizada o lavado.

La gran mayoría de los procesados son policías locales, pero también está el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, así como miembros del cártel de Guerreros Unidos.

Los expertos internacio­nales cuestionar­on la actuación de funcionari­os estatales, policías federales y militares que estuvieron al tanto de los ataques en el momento en que ocurrían. m

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