Con su creación fotográfica Héctor García ayudó a construir una ciudad
Mediante 54 imágenes suyas se evoca la vida cotidiana capitalina de los años cincuenta
Un día a Héctor le hablaron por teléfono para una orden y se fue corriendo, pero dejó revelando unos rollos y yo ya había visto cómo le hacía. Ahí me quedé pensando: ¿Los revelo o no los revelo?, y entonces lo hice; ya cuando vino, después de dos horas de trabajo, vio los rollos ya lavados y colgados, y me dijo: Oye, ¿quién vino?. Le pregunté si estaban bien y me contestó que estaban perfectos; le dije: Yo los revelé, y entonces ahí empezó mi trabajo con él revelando e imprimiendo, recordó María García, viuda del fotoperiodista Héctor García, a propósito de La dolce vita: Héctor García y la Ciudad de México a mediados del siglo XX, muestra que será inaugurada hoy en la Galería José María Velasco (GJMV).
La exposición es una colaboración entre la Fundación María y Héctor García y la GJMV, que celebra su 65 aniversario. Se divide en dos partes: la primera, “Sucedió en los años 50”, está compuesta por 44 imágenes que el fotógrafo capturó en dicha década, y “Siqueiros. Artista ciudadano”, que muestra 10 fotografías exhibidas en 1975 en la GJMV que retratan al pintor durante su estadía en la cárcel de Lecumberri. Asimismo, se incluyen documentos y artículos que pertenecieron a García como homenaje a sus 93 años de nacimiento.
Respecto a “Sucedió en los años 50”, Alfredo Matus, director de la galería, aseguró que se buscaron imágenes producidas en ese periodo porque forman parte del contexto en el que fue creado el recinto: “Muestran cómo se vivía en los años cincuenta; sin embargo, toda fotografía es un constructor de la realidad; no es representación fidedigna aunque sea fotoperiodismo, porque finalmente es un lenguaje que atrapa y establece un cosmos totalmente diferente. Por eso queríamos hacer énfasis en que hay un acto creativo en encuadrar, seleccionar un personaje y un contexto”. Entre las fotos de Siqueiros, explica Gabriela González, curadora de la muestra, hay una que enseña la mano del artista y que fue la que sirvió, según la escritora Elena Poniatowska, para liberarlo de la cárcel. Dicha imagen adquirió tal fama que se encuentra en carteles en países como Alemania.
“Yo revelé y amplifiqué las fotos que le tomó a Siqueiros; éstas salieron en todos los periódicos y revistas, y gracias a ello cultivamos una amistad muy grande con él: siempre estábamos en su galería, lo acompañábamos a todos lados. En las demás que se exhiben Héctor retrata un momento del país; son una memoria o una cajita del tiempo que te permite retroceder para ver cómo era la vida en aquella época. Muchas no vi cuando las tomó, y cuando me casé con él varias ya las tenía reveladas. Pero ya después íbamos juntos a tomar fotos; por ejemplo, hicimos un trabajo en Juchitán a color”, detalló a MILENIO la directora de la Fundación María y Héctor García.
Añadió: “Uno de los legados de Héctor es la forma de trabajar y la de ver, porque ahora con la foto digital los fotógrafos cumplen con su trabajo, pero no te dicen nada. Antes uno traía un rollo y tenías que hacer varias cosas, y debías tener mucho cuidado con las fotos que tomabas porque eran muy limitadas. Uno las sentía antes de hacerlas, no que ahora uno dispara y como queden, sin pensarlo”, concluyó.
La exposición podrá ser visitada desde hoy y hasta el 20 de noviembre en la Galería José María Velasco, Peralvillo 55, colonia Morelos. De manera paralela a la muestra, se realizará el ciclo de conversatorios Más allá del rastro, en el que especialistas del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas hablarán sobre la importancia del archivo impreso y la memoria de lo tangible como un medio de sostén de la historia. m