Huachicoleros
El efecto criminal, social y por supuesto económico que están causando los huachicoleros —así se les conoce a quienes ordeñan ductos de gasolina— en muchos estados del país es alarmante.
En Veracruz, Puebla y Guanajuato —por mencionar algunos— muchas personas están migrando a esta actividad, cuando antes se dedicaban solamente a trabajar de manera decente, es decir, de pueblo bueno, ahora son criminales.
En octubre de 2015 Pemex, en conjunto con la Sedena, puso en operación un sistema para vigilar ductos, evitar el robo de combustible y combatir al crimen organizado. Consiste en centros de mando móviles, los cuales se establecen en el derecho de vía, vigilando los ductos para prevenir el robo de hidrocarburos.
Los centros de mando son cuarteles móviles que cuentan con dormitorios, baños, cocina y centro de control, comunicación y operaciones. Estas instalaciones facilitan las labores de seguridad y reconocimiento. 500 elementos del Ejército se han incorporado a la vigilancia de los ductos en estas unidades en puntos estratégicos.
La movilidad de estas unidades genera una ventaja que está afectando a los huachicoleros. El elemento sorpresa es vital, ya que al no estar en un punto fijo y tener varias unidades patrullando el mismo ducto, no se puede saber con certeza su ubicación. El Ejército ha detenido a muchos malandros con esto.
De octubre de 2015 al primer semestre de 2016 se han disminuido los faltantes de combustible transportado por ducto en más de 4.5 millones de barriles; sin embargo, el número de tomas clandestinas se ha incrementado. El combate a las áreas ha sido efectivo; sin embargo, existe una migración hacia otros ductos que no están todavía vigilados. Un ejemplo de esto se da con el poliducto Minatitlán-México, donde el número de tomas clandestinas ha disminuido; sin embargo, el poliducto Salamanca-Guadalajara ha visto un incremento en tomas.
Esta tarea no debe ni puede terminar ahí. Pemex necesita contar con el suficiente equipo y personal para cubrir de manera correcta todos sus ductos, más ahora que, gracias a la reforma energética, transportará en sus ductos combustibles de otras compañías, por lo que su responsabilidad es aún mayor.
La acción militar en este sentido ha sido exitosa; sin embargo, son los estados y los municipios los que deben actuar en consecuencia, a fin de generar mayor control y, por supuesto, mayor coordinación con las autoridades federales.M