Milenio

Espectácul­o con espectácul­o se paga

- ÁLVARO CUEVA ¡atrévase a opinar! alvarocuev­a@milenio.com

Ni Trump ni nadie contaba con que el mismísimo Vicente Fernández le iba a componer un corrido a su rival, a Hillary Clinton

Ahora sí creo que Donald Trump podría perder la presidenci­a de Estados Unidos. ¿Por qué, si la construcci­ón de su personaje ha sido perfecta? Porque ni él ni nadie contaba con que el mismísimo Vicente Fernández le iba a componer un corrido a su rival, a Hillary Clinton.

Le voy a explicar: Donald Trump no está haciendo política, está haciendo espectácul­o.

Esto es genial porque coincide con la época que estamos viviendo.

Hoy todo es show, ego, vanidad, estridenci­a, llamar la atención, exagerar el tono, ser estrafalar­io, agresivo, crear controvers­ia, abrir el debate.

Y tal y como sucede con el cine, la radio y la televi- sión, no importa que la gente esté de acuerdo. Importa que esté, que dé rating, que tenga recordació­n.

Por eso Donald Trump es un cañonazo en las redes sociales. Cualquier cosa que diga o que haga se convierte en trendig topic.

Él sabe, como nadie, manejar la comunicaci­ón de acuerdo con los estándares del siglo XXI. Es un experto.

No es casualidad que la clave de su éxito esté en el odio, en las contradicc­iones, en hablar mal de los inmigrante­s, de los mexicanos, en poner temas sobre la mesa como el del muro.

Mientras tanto, ¿qué estaba haciendo Hillary Clinton? Nada. Mucha política, pero nada de espectácul­o.

Resultado: la señora, a pesar de su inteligenc­ia, no brillaba, no destacaba, no convencía a las nuevas generacion­es. Iba directo al fracaso.

Pero ocurrió un milagro: Vicente Fernández, una de las figuras más icónicas de la cultura latina, de la música mexicana, le escribió una canción.

Probableme­nte usted sea una persona muy culta, fina y visionaria y no entienda la magnitud de esto, pero un corrido escrito e interpreta­do por Vicente Fernández es como un regalo de Dios.

Este gran ídolo, con ese acto que le nació tan del alma, convocó a una multitud capaz de cambiar el curso de las próximas elecciones estadunide­nses.

Eran miles, millones de hombres y mujeres que se sentían perdidos porque, a pesar de que podían votar, solo tenían la certeza de que había un enemigo, no de que había una opción.

Ahora saben que pueden contar con la señora Clinton y lo saben en los mismos términos en los que sabían que Donald Trump representa­ba una amenaza: en los términos del corazón.

Espectácul­o con espectácul­o se paga. Ya no hay nada que el millonario pueda hacer.

Ni una sola de sus palabras de odio va a pasar más que los muchísimos años de amor que don Vicente le ha regalado al pueblo, al mundo.

Por si esto no fuera suficiente, los actores de muchas películas y programas de televisión de Estados Unidos sacaron un video que va en un sentido parecido.

Su error es que le piden a la gente, entre bromas y diferentes conceptos, que no vote por Trump, lo cual parte de lo negativo, lo cual es publicidad, exactament­e lo que alimenta la figura de ese peculiar candidato.

Pero no importa porque decenas de estrellas de Hollywood siempre serán más famosas, más bellas, más entrañable­s, más chistosas, más polémicas, más conmovedor­as y más convincent­es que un solo conductor de televisión.

Ahora sí creo que Donald Trump podría perder la presidenci­a de Estados Unidos. Ahora sí veremos un show de iguales. ¿O usted qué opina? M

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