GURÚS NEOLIBERALES
Una de las preguntas esenciales de la filosofía política concierne a las razones por las cuales la mayoría de los miembros de una sociedad obedecen las normas que la rigen. Si bien el monopolio de la violencia estatal es parte importante de la explicación, de ninguna manera lo es todo, por lo cual los fenómenos ideológicos son sumamente relevantes, pues en última instancia terminan incidiendo fuertemente en el comportamiento que se espera en términos sociopolíticos. En ese sentido, es interesante analizar asuntos contemporáneos como la proliferación de los gurús radiofónicos, cibernéticos, o los que imparten seminarios o escriben libros de autoayuda, pues son ya una industria bastante considerable, que ciertamente inculca en sus adeptos ciertas prácticas cruciales para el funcionamiento de las democracias neoliberales.
Quizá su principal función, que aplica de manera correspondiente al estrato social de quienes están expuestos a su mensaje, consiste en trasladar a los individuos la responsabilidad entera de la posición relativa que ocupan dentro del sistema socioeconómico. En términos bastante esquemáticos, a los ricos los convencen del merecimiento de su posición, a los de en medio de la mediocridad de la suya, y a los pobres también del merecimiento de formar parte de los aplastados de la sociedad. A partir de la repetición incesante de recetas cursis para supuestamente beneficiarse del pensamiento positivo, la ambición, la autoestima y demás charlatanerías que componen su discurso, el efecto principal es inculcar una visión donde las fuerzas e inercias relacionadas con las relaciones de poder, económicas, con las jerarquías sociales, con el aparato jurídico que invariablemente tiende a beneficiar a quienes tienen el dinero suficiente para manipularlo desaparecen del campo de análisis sobre el destino personal, pues cada anécdota desgarradora de adversidad superada sirve para demostrar que por cargados en contra que se encuentren los dados, sí se puede, si tan solo tuviéramos la voluntad necesaria para aferrarnos a sus palabras y salir adelante.
En el caso de que uno forme parte de la gente jodida espiritualmente que no sabe lo que realmente se merece, entonces el infortunio está justificado por la estrechez de la propia mentalidad, y por supuesto no tendrá nada que ver con un sistema sociopolítico despiadado que a lo largo de todo Occidente ha producido las mismas estructuras de desigualdad y pobreza extremas, con los correspondientes brotes de violencia que a su vez ocasionan una militarización y una brutalidad policiaca cada vez más espeluznantes.
Y la cereza en el pastel es que dichos gurús se enriquecen de manera ingente lucrando de forma descarada con la manipulación de ilusiones, y cada tanto invitan a sus programas de radio, a aparecer en sus páginas de internet o en sus revistas a celebridades ávidas de conectar con sus millones de seguidores, para a su vez potenciar su propia marca, y queda como testimonio la selfie donde aparecen con ese gesto bondadoso que parece decir que si tan solo el resto del mundo fuera tan determinado y generoso como ellos, dejaría de existir la necesidad de que vivamos consolados en nuestras miserias por estos nuevos sacerdotes de la democracia neoliberal. m