La música nos hermana: Marcelo Rodríguez Scilla
Cuando Marcelo Rodríguez Scilla, director de la Camerata Porteña, recibió una llamada en la que le dijeron que Astor Piazzolla quería conocerle, no imaginaba que después sería reconocido como uno de los herederos del gran bandoneonista.
Rodríguez Scilla —quien se presentará en el Festival Internacional Cervantino, en la Alhóndiga de Granaditas, el 13 de octubre, y en el Palacio de Bellas Artes el 19 del mismo mes— recuerda a quien le alentó para formar la agrupación que está cumpliendo 30 años de carrera: “La relación que tuve con Piazzolla fue extraña. Cuando llegué por primera vez a su casa para él fue una sorpresa tremenda, porque yo era un pibe con 15 años y no se esperaba eso. Luego de felicitarme por unas obras que le había mandado, tuvimos una serie de conversaciones y al poco tiempo empecé a trabajar para él”, relató el músico en videoconferencia.
El también arreglista y compositor, acompañado de su grupo, ofrecerá dos espectáculos diferentes, en donde se harán presentes algunos clásicos interpretados por la Camerata Porteña, como “Libertango” y “Adiós Nonino”.
Recordó que con Piazzolla “nunca tuve la oportunidad de desarrollar una relación amistosa, pero me tenía como un discípulo”. Dijo que fue una persona que tuvo que luchar por lo que quería, y que transitó un camino muy difícil al ser “juzgado” por los tangueros “por lo que había hecho con el tango, y al que también le costaba acceder a la música académica, porque decían que venía del tango, pero rompió con los dos moldes. Todo el mundo terminó aceptándolo: en el tango y en la música académica también. “Tuve la enorme fortuna de conocerlo, pero de lo que más contento estoy es de haber seguido el único consejo que me dio: seguir mi rumbo, componer mis obras y crear esta orquesta. De eso es de lo que me siento más orgulloso, porque creo que ese es el camino que Piazzolla le inculcó a todo el que quiere escucharlo: el sentido de la lucha, de esforzarse y crecer”.
Rodríguez Scilla prometió, dar lo mejor de su música con el propósito de traer a México un solo mensaje: “La música nos hermana”, pues aseguró que su trabajo es “acercar los corazones y que la gente sea un poquito más feliz después de dos horas de concierto”. m