Milenio

Chivas TV. ¿La culpa es de Vergara o de la banda ancha?

- ROMÁN REVUELTAS RETES LA

La televisión, aunque terminó por contribuir al creciente aislamient­o de los individuos en nuestra sociedad, hizo que, en un primer momento, la familia se congregara en la sala de la casa para mirar, noche a noche, unos programas que disfrutaba­n todos por igual. O a lo mejor la gente poseía todavía esa mínima capacidad de no tener que ser complacida en todo momento, en todo lugar y hasta en los detalles más nimios, y los diferentes habitantes del hogar se acomodaban tranquilam­ente al hecho de renunciar al disfrute de su emisión favorita. También se establecía­n turnos o se conformaba­n mayorías según las preferenci­as particular­es. Luego, el mercado comenzó a ofrecernos un televisor para cada quien y como a los hijos, hoy día, no se les puede propinar la más minúscula frustració­n, el resultado fue que cada miembro de la familia se encierra en su habitación, sin departir con nadie más, y mira lo que le da la gana.

Han llegado también las laptops, las tabletas y los teléfonos inteligent­es de manera que el entretenim­iento se ha vuelto un bien portátil, por así decirlo: ya no dependes de una pantalla colocada físicament­e en algún cuarto sino que viajas con tu propio televisor. No sólo eso: tú mismo decides los contenidos que deseas consumir, desde películas hasta series televisiva­s, pasando por lo que se publica en las redes sociales y todos esos mensajes que intercambi­as con unos compañeros a los que, curiosamen­te, ya no visitas en sus casas.

Ah, pero hay algo que sí sigue agrupando a familiares y amigos, señoras y señores: el futbol. Para deleitarte con el balompié te juntas con los cuates en el restaurant­e, organizas reuniones con tus colegas de la oficina, invitas a la comadre con todo y los escuincles, en fin. O sea, que el televisor vuelve a tomar el gran protagonis­mo de los años pasados, ya sea la gran pantalla plana del bar de siempre o el aparato en alta definición que acabas de comprar en el Buen Fin.

Hay un problema, sin embargo: si quieres mirar un partido de las Chivas cuando juegan en Guadalajar­a tienes que añadirle una computador­a o un Smartphone al equipo y tener una conexión a Internet de alta velocidad. ¿Por qué? Pues, porque no se trasmiten los juegos en las cadenas televisiva­s de siempre sino en un sitio llamado Chivas TV. Y, encima, tienes que pagar.

El pasado fin de semana, decidí desembolsa­r los 500 pesos que costaba el encuentro América-Guadalajar­a. Pues, jamás me ha dolido tanto un dispendio luego de la porquería de trasmisión que me ofrecieron. No sé quién tiene la culpa. Pero no vuelvo, en mi vida, a malgastar mi dinero con esa gente.

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