La fuerza del 628 + 1
Se necesita una revolución reformadora desde la misma elección de 2018: forma como fondo.
Aunque la hoguera de la Inquisición anda suelta por no creer en “el menos peor” y el voto útil… el 2018 sí puede tener otra salida, ser posible y democrática, ante la crisis interna y las amenazas externas.
Engañan las propuestas de PRI, Morena, PAN, PRD y otros partidos cuando centran su propuesta para 2018 en la idea nostálgica de que una sola persona, ocupando la decadente figura presidencial, resolverá el problema del país. Lo que en verdad ofrecen, es más vacíos, crisis y continuidad anacrónica.
En México llevamos 30 años de reformas electorales y, sin embargo, el viejo régimen político permanece intacto. Los grandes poderes de facto pasaron del presidencialismo autoritario al sistema de minorías para impedir toda reforma de fondo. Corrupción, antidemocracia, fraude, injusticia, entreguismo y demagogia son crónicos, porque desde el poder discrecional nacen impunes y son protegidos.
El reto de 2018 para cambiar no es tarea para un solo hombre, sino construir una mayoría congruente y reformadora que le sustente y acompañe, cambiando la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. La elección de 2018 puede ser un golpe insurreccional, desde la legalidad.
Junto al candidato presidencial se necesita un movimiento que desde la diversidad tenga el respaldo de una amplia mayoría entre los 500 diputados y 128 senadores para hacer posible el cambio de régimen y la reforma del Estado postergada, que necesariamente deberá surgir de la sociedad y la pluralidad política, que obedezca a una nueva correlación de alineamientos políticos, por encima de los candados del sistema de partidos.
El reto de 2018 no es la unidad en torno al presidencialismo decadente ni ofreciendo espacios y garantías a los sinvergüenzas del neoliberalismo y el entreguismo, que hoy se ostentan como promotores del “cambio verdadero”. La solución es otra, está a la vista, es posible, pero requiere capacidad de unificar y organización desde abajo.
Solo un amplio movimiento plural y democrático, con un programa común avanzado, que contenga como compromiso reforma política, económica, social, judicial, educativa, indígena y cultural, que elija desde una Convención Ciudadana y Popular a los candidatos a los 628 escaños legislativos + un candidato a la Presidencia, que a su vez, éste represente un equipo capaz de llevar o encauzar al país y respaldado por una nueva mayoría política, será posible.
¿Cómo? Eligiendo a los 628 mejores mexicanos para ello.