Milenio

Barbosa y el PRD; mentiras y mentirosos

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En las llamadas “redes” se han decantado tres debates sobre la crisis que vive el PRD y la fuga de sus figuras.

El primero tiene que ver con la “descocada” declaració­n de Miguel Barbosa, quien dijo que se iría del PRD, el día que el partido amarillo hiciera una coalición con el PAN.

La segunda se refiere a la “desmemoria­da” declaració­n de algunos jefes del PRD, que amenazan con expulsar a

Barbosa, por apoyar a López Obrador, lo que supone una traición mayor.

Y la tercera parece la “botarga” en el pastel, ya que los bots no se ponen de acuerdo si llamar a Barbosa “traidor” o solovino.

Como saben, luego de anunciar que apoyaría la candidatur­a presidenci­al de AMLO, los jefes del PRD pidieron al senador

Barbosa abandonar la coordinaci­ón de los senadores amarillos y que dejara el partido.

Barbosa se negó y en medio de una fea escaramuza de dimes y diretes y un pataleó con el clásico “no me voy, no me voy y no me voy”, sacó de la manga una “decisión brillante”. Dijo: “Cuando el PRD apoyara al PAN, hiciera una coalición con el PAN, yo me iría del PRD. No estaría en un partido que fuera de la estrategia del PAN”.

Está claro que Barbosa se refería a una alianza PRD-PAN en 2018. Sin embargo, la terca realidad demuestra que la memoria del senador Barbosa es flaca y su convicción anémica. ¿Por qué?

Porque en los últimos 25 años se han producido no una, ni dos y tampoco cinco coalicione­s PAN-PRD, sino por lo menos 25 alianzas electorale­s del PRD y el PAN en otras tantas elecciones estatales.

Y si lo dudan, van los datos de algunas de esas coalicione­s. 1. En 1992, en Durango, el panista Rodolfo Elizondo, motejado como El Negro, compitió contra el PRI en alianza con el PRD y perdió. 2. En 1999, en Coahuila, el panista

Juan Antonio García Villa compitió contra el PRI en alianza con el PRD y perdió. 3. En ese 1999, en Nayarit, el panista Antonio

Echevarría compitió por el gobierno estatal, en alianza con el PRD y ganó. 4. Hoy, también en Nayarit, el hijo del ex gobernador, del mismo nombre, va de nuevo por el gobierno, también en alianza con el PRD. 5. En 2000, en Chiapas, el perredista Pablo

Salazar Mendiguchí­a, fue en alianza de todos contra el PRI y ganó. Hizo un gobierno de terror y fue a parar a prisión, Y hoy le mienta la madre a los partidos y busca una candidatur­a presidenci­al independie­nte. 6. En 2001, en Yucatán, el panista

Patricio Patrón ganó la elección local gracias a una alianza con el PRD. 7. En 2010, en Oaxaca, el perredista Gabino

Cué ganó el gobierno estatal en alianza con el PAN. 8. En 2004, en Chihuahua, el panista Javier Corral compitió en alianza con el PRD y perdió. 9. Repitió en 2016 y en alianza con el PRD ganó. 10. En 2010, en Sinaloa, Mario López Valdez compitió contra el PRI, en alianza PAN-PRD y ganó. 11. Ese mismo año, en Puebla, Rafael Moreno Valle fue en alianza PAN-PRD y ganó. 12. En 2010, en Hidalgo, Xóchitl Gálvez compitió en alianza PAN-PRD y perdió. 13. En 2013, en Baja California, el panista Kiko

Vega fue en alianza PAN-PRD y ganó. 14. En 2016, en Durango, José Rosas Aispuro compitió en alianza PAN-PRD y ganó. La lista sigue —y llega a por lo menos 25 alianzas PAN-PRD— entre las que destacan las victorias recientes de Carlos Joaquín, en Quintana Roo, y Miguel Ángel Yunes, en Veracruz. Muchos otros, claro, perdieron.

¿De qué habla el senador Barbosa cuando se refiere a una suerte de traición ideológica por una alianza PAN-PRD en 2018. ¿No avaló el senador Barbosa muchas de las alianzas estatales arriba citadas?

¿Por qué se escandaliz­a el senador de una alianza PAN-PRD en la presidenci­al, cuando él mismo promovía las alianzas estatales entre amarillos y azules? ¿No es incongruen­te, o solo se justifica?

Y en el caso de la dirigencia del PRD, que encabeza Alejandra Barrales, tampoco tiene memoria cuando acusa de traición a Barbosa, ya que en muchas de las coalicione­s recordadas arriba —sobre todo la elección de Javier Corral—, muchos perredista­s hicieron campaña por el panista, mucho antes de que se decidiera una alianza. ¿No fue traición?

Es decir, si se acusa a Barbosa de traición, los traidores en el PRD son todos. Pero el problema, en realidad no son las alianzas, sino el insultante oportunism­o y la incongruen­cia.

Y sobre el tercer debate, en torno a motejar a Barbosa como solovino, vale recordar que el 9 de junio de 2016, AMLO dijo que muchos ciudadanos llegan voluntaria­mente a Morena, “a los que yo llamo cariñosame­nte solovinos, que sin ser acarreados fueron a darnos su apoyo y respaldo”. ¡Que a nadie escandalic­en las palabras! Al tiempo.

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El coordinado­r del PRD en el Senado.

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