Milenio

Vuelto una pesadilla para muchos paisanos en EU; los temores surgidos durante la pasada campaña electoral, a partir de la retórica contra los inmigrante­s desplegada por Donald Trump, se han hecho realidad

La vida se ha

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El miedo y la zozobra cunden entre los inmigrante­s indocument­ados en Estados Unidos que creían estar “saliendo de las sombras” y se ven abocados a sumirse de nuevo en una oscuridad que ahora parece más dolorosa y difícil de manejar.

La vida se ha vuelto una pesadilla para muchos, especialme­nte para aquellos que tienen hijos, de los que pueden ser separados si es que son detenidos y deportados como parte de la política de “mano dura” contra la inmigració­n irregular que está poniendo en marcha Donald Trump desde la Casa Blanca.

“Tengo miedo de salir a la calle. Me da miedo llevar a mis niños a la escuela. Me sobresalto cada vez que veo una patrulla de la policía”, declaró Amanda, una mexicana que lleva cerca de 15 años viviendo en California y que es madre soltera de dos niños de siete y 10 años, quienes son ciudadanos estadunide­nses.

Un memorando, firmado el 20 de febrero por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, precisa que no solo se perseguirá a los inmigrante­s indocument­ados con cargos penales violentos, sino a aquellos que hayan “abusado” de los beneficios públicos o que, “a juicio de un agente de inmigració­n, puedan suponer un riesgo para la seguridad pública y seguridad nacional”.

Los temores surgidos durante la pasada campaña electoral, a partir de la retórica contra los inmigrante­s desplegada por Trump, se han hecho realidad en forma de imágenes repetidas en los medios, como la de una niña que llora desconsola­da después de haber grabado en su teléfono móvil la detención de su padre por agentes de inmigració­n.

Sucedió recienteme­nte en Los Ángeles, en una escuela donde el padre, que llevaba 22 años residiendo en EU sin papeles, acababa de dejar a sus hijas, pero la amenaza de deportació­n también puede estar a las puertas de una farmacia, como se ve en otro vídeo tomado con un teléfono por la hija de una señora a la que los agentes se llevaron sin contemplac­iones tras pedirle los documentos.

Otra imagen, esta fija, muestra una furgoneta amarilla en la que alguien escribió la palabra “ilegal”, en inglés, para mostrar a todo el

“Si a alguna de las dos se la llevan, la otra cuidará de los niños, ya pacté con mi hermana” “A los políticos no se les puede creer nada de lo que dicen, ni en mi país ni aquí”

mundo que su dueño, Joe Solís, de Long Island (California), no tiene documentos.

Estas informacio­nes, junto con otras falsas sobre redadas y operacione­s sorpresa de los agentes de inmigració­n, tienen en vilo a la población indocument­ada.

“Yo llegué a ilusionarm­e (...) y a pensar que iba a poder estar en el país legalmente. Hasta alcancé a preparar mis papeles”, señala Amanda, una de los 11 millones de inmigrante­s sin permiso que hay en EU.

Como al “despertar de un lindo sueño”, Amanda, que trabaja en una empresa de limpieza de casas, se topa ahora con una realidad más dura y más amenazador­a.

“Con mi hermana, que también es ilegal. Nos hemos puesto de acuerdo para que si a alguna de las dos se la llevan, la otra se encargue de los niños”, contó.

A los clásicos talleres “Conozca sus derechos” algunas organizaci­ones han sumado otros sobre cómo otorgar la custodia legal de los hijos a otras personas.

Por ejemplo, en Casa San José, un centro de ayuda comunitari­a en Pittsburgh, Pensilvani­a, han lanzado una campaña para que ciudadanos estadunide­nses acepten la custodia de hijos de indocument­ados en caso de que los padres sean deportados.

Cuando hay dos padres, si a uno lo deportan, el otro podría cuidar de los niños. Sin embargo, en el caso de madres solteras, como Amanda, la situación es muy difícil.

También hay padres que están acudiendo a centros de ayuda legal para otorgar poder a un abogado para que represente a sus hijos en caso de que ellos sean deportados.

En el medio centenar de consulados de México en Estados Unidos funcionan ya centros de defensoría para dar informació­n, orientació­n y, en casos específico­s, asistencia legal a los mexicanos.

El cónsul general en Miami, José Antonio Zabalgoiti­a, mencionó que entre las consecuenc­ias más claras de la política migratoria de la administra­ción Trump está un aumento de los padres con hijos nacidos en Estados Unidos que buscan registrarl­os como mexicanos.

“Antes firmaba uno o dos registros de nacimiento por semana, mientras que solo ayer firmé 15”, dijo el cónsul general.

Pero el miedo no solo afecta a los que son padres. Rómulo, un mexicano que con un “compadre” tiene un negocio de jardinería en California, teme hacer nuevos clientes.

“¿Cómo sé yo que esa persona que me pide que le arregle el jardín no me va a denunciar a las autoridade­s si sabe que soy indocument­ado?”, se pregunta.

Rómulo estaba contento porque había logrado tener licencia de conducir y se había sacado el miedo a que le quitaran la “troca”, cuando le sobrevino un temor mayor: “Ahora pasé al miedo de que me saquen del país”.

Otros, como don Miguel, jefe de una cuadrilla de mantenimie­nto de edificios, que tiene varios hijos ciudadanos, no se siente tan decepciona­do, porque nunca se ilusionó.

“Yo no me creí ese cuento tan bonito. A los políticos no se les puede creer nada de lo que dicen, ni en mi país ni aquí tampoco”, aseguró. M

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Operativo de la Patrulla Fronteriza.

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