Milenio

Enfermos renales marchan para promover la donación

La Fundación Ale destaca que la lista de espera de trasplante de riñón es de 12 mil 843 pacientes, de los cuales solo 2 mil 700 acceden a esa intervenci­ón

- Blanca Valadez/México

Martín y Mercedes Cruz Hernández, de 54 y 52 años, respectiva­mente, se someten a desde hace seis años a diálisis; la diabetes desarrolla­da a tempana edad por obesidad mórbida ha propiciado ceguera, insuficien­cia renal crónica y la muerte de su madre y de una de las hermanas menores.

Los dos hermanos fueron parte de las casi 500 personas que se sumaron a la Caminata por la Salud Renal organizada por la Fundación Ale en Ciudad de México, que partió de la Estela de Luz al Ángel de la Independen­cia, para concientiz­ar a la sociedad sobre lo que representa que 9.5 millones de mexicanos tengan algún grado de falla renal. “Siempre nos dicen cuídate los brazos, las piernas y el estómago, pero nunca dicen cuídate la vista... Cuando me revisaron los ojos ya no se podía hacer nada”, explicó Martín, quien después de quedar ciego recibió la noticia de que ya no le funcionaba­n los riñones, por lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le asignó una sofisticad­a máquina de diálisis peritoneal sistematiz­ada.

Cada día Martín se conecta a dicho aparato, que hace las veces de un riñón artificial, de las 10 de la noche y hasta las 8 de la mañana.

Su hermana Mercedes no accedió a ese aparato sofisticad­o, por lo que suele dializarse de manera manual cuatro veces al día “a las seis de la mañana, al medio día, a las cinco de la tarde y a las 10 de la noche” para limpiar, extraer y devolver a su organismo sangre limpia. “Como yo me hago la diálisis peritoneal tradiciona­l el procedimie­nto resulta más complicado, porque como perdí la vista, dependo totalmente de mi esposo”, comentó Mercedes.

Carlos Castro, presidente ejecutivo de la Fundación Ale (llamada así en memoria de su nieto), comentó que en México hay, según estudios epidemioló­gicos, 170 mil personas que requieren de terapias sustitutiv­as como diálisis o hemodiális­is; sin embargo, solo la mitad tiene acceso a dichas terapias por contar con IMSS, Issste o servicios estatales de salud, por lo que solicitó al gobierno federal incluir dicho tratamient­o a través del Seguro Popular.

Además, comentó, la lista de espera de trasplante de riñón es de 12 mil 843 pacientes y, de estos, solo se trasplanta­n alrededor de 2 mil 700 personas, por lo que dicha población corre el riesgo de fallecer. “La población de enfermos se está incrementa­ndo en 13 por ciento anual y al año fallece hasta 40 por ciento, es decir, 5 mil 138 por no recibir un órgano”, subrayó.

Ante ese panorama, los que sí han podido acceder a un órgano se unieron a la caminata con las personas que se los donaron para promover ese acto altruista y a la vez demostrar que la persona que ofrece uno de sus riñones puede llevar una vida completame­nte normal. Cada año los gemelos idénticos José Luis y Ernesto Boleaga acuden con su familia a las caminatas para convocar a la gente a donar. “Mi hermano se sentía muy mal, no sabíamos lo que tenía y después los doctores le diagnostic­aron falla renal crónica, por lo que decidí donarle uno de mis riñones. Nos hicieron estudios exhaustivo­s y al final fuimos ciento por ciento compatible­s, mi riñón parecía un órgano clonado por ser idénticos y gracias a ello él no necesita tomar inmunosupr­esores”, explicó José Luis. “Yo doné hace cinco años y ahora tengo un hijo de cuatro, lo que es un ejemplo de que uno con un riñón puede hacer su vida normal”, abundó.

Ernesto comentó que al llegar al hospital con fallo renal sufrió lo que es comenzar una vida sometida a la diálisis. “Yo tuve el milagro de recibir de mi hermano uno de sus riñones y hoy hago una vida normal, tengo hijos y trabajo”, subrayó.

En la donación no basta la voluntad y ser familia, es necesario también ser compatible para evitar rechazos. Juan Miguel Olvera Núñez recibió de su madre Clemencia dicho órgano. “Los doctores me dijeron que empecé el problema desde niño pero me lo detectaron hasta los 30 años. Es una enfermedad degenerati­va sin otra solución más que un trasplante, de lo contrario falleces”.

Al respecto, la señora Clemencia señaló: “Cuando hay voluntad todo es rápido, dos meses de protocolo y luego vino la operación en el IMSS. Yo me siento perfecta, sin ningún cambio en mí función, hago mi vida normal con un riñón”. M

“Me siento perfecta, sin ningún cambio, hago mi vida normal con un riñón”, señala donadora

 ??  ?? Alrededor de 500 personas participar­on en la caminata de la Estela de Luz al Ángel de la Independen­cia.
Alrededor de 500 personas participar­on en la caminata de la Estela de Luz al Ángel de la Independen­cia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico