EL LONCHE ES CULTURA

Pese a su raigambre popular, el lonche no es un alimento exclusivo de las clases bajas. Es, ante todo, un elemento identitario. El lonche ha jugado un papel crucial como símbolo de laguneridad. Por ello, les presentamos los cinco mejores sitios para comer lonches en La Laguna. Existe una cadena de loncherías llamada La Blanquita. Aunque siempre hay que desconfiar de las cadenas, venden unos lonches bastante decentes. Sin embargo, La Antigua Blanquita, ubicada en la Cuauhtémoc, a media cuadra de la Cruz Roja, es la matriz indiscutible. Tiene una peculiaridad: solo emplea a mujeres, a excepción del repartidor. Y venden quizá los mejores mixtos, esa combinación de carnitas o adobada más aguacate. En La Antigua se profesa un respeto profundo por el lonche. La complexión del lonche es robusta por definición. En La Antigua están muy bien servidos. Y el precio es razonable. Tienen la modalidad del lonche Sevillano: jamón, queso y chorizo, que no es procurada en otras loncherías. A los ocho años visité por primera vez el Mercado Juárez. En frente se divisaba una muchedumbre. ¿Por qué hay tanta gente?, le pregunté a mi tío. Están comprando lonches, me respondió. El Lechón me mostró entonces lo que es capaz de hacer un lonche. De su poder para movilizar a las multitudes. Con más de cinco décadas, son de los más famosos de Torreón. Ahora se encuentran a unos pasos de la Plaza de Armas, en la avenida Juárez. Mayonesa, mostaza, una cama de canitas o de adobada con tomate, chile y cebolla, más repollo (un ingrediente que le otorga otra dimensión), crean un monumento de sabor. Es uno de los baluartes del centro. Casi tan importante como la arquitectura del Casino de Torreón. Frente a lo que hasta hace unos pocos meses fuera el Salón Francia, lugar donde escandalizaba Pancho Villa en tiempos de la Revolución, Lonches Mundo cuenta con más de cinco décadas alimentando al ciudadano de a pie. Se diferencia de otros por el tipo de queso que emplea. Mientras en general a las carnitas se les acompaña con queso chihuahua, Mundo utiliza un queso conocido como ranchero o fresco. Una variedad casera. Próximos al Mercado Alianza, los lonches de Mundo son los más solicitados a cinco kilómetros a la redonda. Como en casi cualquier establecimiento de este tipo, parte del encanto radica en comerse el lonche de pie. Se puede identificar si alguien es o no lagunero por la forma de agarrar el lonche. Si se te desfonda es obvio que no lo eres. Custodian la Tradicional, antes las Dos Naciones, y son unos lonches sui géneris. Su forma de preparación presenta variables. Entre ellas, se les agrega crema, algo que en el paladar resulta exóticamente sabroso. A los establecidos mixtos y carnitas se les suma el de tres quesos. Queso blanco, queso amarillo y queso de puerco. Es tan alta la demanda que para que te despachen siempre necesitas tomar un turno, como en la fila del banco. Pero su ingesta no es nada parecido a un trámite. Es una experiencia placentera. Además se venden tostadas de cueritos. Y funcionan como una oficina. A las tres suspenden actividades. Una gran ventaja es que puedes entrar a la cantina a tomarte un par de cervezas mientras te preparan tu pedido y te lo llevan hasta tu mesa. El rey absoluto del lonche. Así como existe gente que nació para cantar, Payo nació para hacer lonches. Su adobada es la más suculenta de la ciudad. Está a una calle del estadio de beisbol. Payo no solo hace los mejores lonches de La Laguna, sino que además tiene cuenta de Facebook y varios esloganes para promocionarse. Su mayor esplendor es el Payo Special. Aguacate + adobada + queso + jamón. Una catedral que es todo un reto para el comensal. Pocos consiguen derrotarlo. Pero he atestiguado con asombro y fascinación cómo algunos se han comido hasta dos Payo Special. En ese pequeño local donde caben apretujadas tres personas, una que de da vuelta a la adobada y dos que preparan loches, transcurren varios de los milagros más portentosos de la gastronomía lagunera.

El lonche es estilo de vida. Es el alimento exclusivo de un alto sector de la población. El lonche es cultura. Es un bien social que forma parte del paisaje. Pero sobre todo es un viaje para el paladar. Un viaje que comenzó hace cien años y continúa su camino hacia la inmortalidad. M