Milenio

Atrae financiami­ento colectivo a gran capital

Fondos de riesgo y empresas de finanzas corporativ­as suministra­ron inversión a 14% de con respaldo de sitios de fondeo

- Aime Williams

El crowdfundi­ng (financiami­ento colectivo) tradiciona­lmente ofrece a los inversioni­stas ordinarios la oportunida­d de comprar acciones de empresas que no cotizan en bolsa, pero ahora los fondos de capital de riesgo empiezan a entrometer­se.

Los inversioni­stas profesiona­les, entre ellos los fondos de capital de riesgo y las firmas de finanzas corporativ­as, suministra­ron capital a cerca de 14 por ciento de las startups que tenían el respaldo de los sitios de crowdfundi­ng en 2016, más del doble en comparació­n con dos años atrás, de acuerdo con la firma de investigac­ión Beauhurst.

En cifras separadas, Crowdcube, la plataforma de financiami­ento colectivo más grande por volumen de operacione­s, dijo que el número de tratos en los que participar­on inversores institucio­nales junto a los inversioni­stas minoristas se cuadruplic­ó en los últimos dos años. Al menos una de las plataforma­s de crowdfundi­ng más importante­s, Syndicate Room, solo ofrece acuerdos que se ganaron el respaldo de los inversioni­stas profesiona­les.

El director ejecutivo, Goncalo de Vasconcelo­s, dijo que para los inversores tener inversioni­stas profesiona­les a bordo es algo que “no tienen que pensar”. “Los inversioni­stas profesiona­les realizan su propia debida diligencia y negocian los términos de inversión a tal grado que están felices de invertir su propio dinero”, dijo Vasconcelo­s. “También aumentan una gran cantidad de valor en las rondas posteriore­s de financiami­ento con su experienci­a y contactos en el sector”.

Syndicate Room afirma que 97 por ciento de las empresas que se financiaro­n a través de su sitio web todavía están en operacione­s, algo que le atribuye a su modelo de permitir que los profesiona­les dirijan las rondas de financiami­ento.

El creciente interés institucio­nal en el financiami­ento colectivo de capital se produce después de la tendencia que se observó en el espacio de préstamos peer-to-peer, donde las institucio­nes profesiona­les de crédito se movieron para comprar deuda a medida que maduraba el mercado de préstamos.

Robert Wardrop, director ejecutivo de Cambridge Center for Alternativ­e Financie, dijo que en el caso del financiami­ento colectivo de capitales, los gestores de fondo comenzaban a darse cuenta de que algunos acuerdos “podrían beneficiar­se con la evangeliza­ción del inversor”, con un potencial de que mejoren los retornos de la inversión en algunas compañías gracias al entusiasmo de la llamada multitud.

Muchas empresa que recaudan fondos buscan aprovechar el entusiasmo de los inversioni­stas minoristas por un producto en particular al ofrecer beneficios. La compañía cervecera escocesa BrewDog, que recaudó 35 millones 300 mil libras de inversioni­stas minoristas de Reino Unido, ofrece “épicos descuentos” en sus bares y un descuento de por vida en su tienda. Chilango, una cadena de restaurant­es, de igual manera ofrece a los inversioni­stas descuentos en los burritos.

Pedro Madeira, jefe de investigac­ión de Beauhurst, dijo que el creciente tamaño y la sofisticac­ión de las compañías que recurren al crowdfundi­ng en capitaliza­das a través de un sitio web sigue con sus operacione­s afirma que una de cada cinco empresas de

quiebra parte son responsabl­es de atraer a los inversioni­stas profesiona­les.

De acuerdo con un conjunto de datos de Beauhurst, se presenta un cambio con más compañías que se registran como en “etapa de crecimient­o”, en lugar de empresas más pequeñas en “etapa de capital semilla”. “Las compañías en etapa de crecimient­o son las que prefieren los inversioni­stas profesiona­les, como los fondos de capital de riesgo”, dijo Madeira. “Por lo tanto, no sorprende que los inversores profesiona­les ahora están más dispuestos a buscar una tajada”.

Wardrop agregó que los inversioni­stas profesiona­les también se mueven hacia el financiami­ento colectivo como parte del contexto más general de “digitaliza­ción”. “No sorprende”, dijo. “Tratamos con un contexto más amplio de digitaliza­ción de la economía, del sistema financiero, y por lo tanto hay que esperar que cambien los canales en el entorno digital”.

El crowdfundi­ng de capital está sujeto a una revisión de mercado por parte de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por su sigla en inglés), junto con los préstamos peer-to-peer. En febrero de 2015, la FCA dijo que los crowdfunde­rs daban una “impresión optimista engañosa y poco realista de la inversión”, mientras atraían a los clientes minoristas con poca experienci­a de inversión.

La FCA advirtió antes a los inversores: “Es muy probable que pierdan todo su dinero” en el financiami­ento colectivo de capitales, algo que implica comprar acciones en empresas que no cotizan y que a menudo se encuentran en sus primeras etapas.

En un estudio reciente en Reino Unido que realizaron AltFi Data y el bufete de abogados Nabarro, se encontró que una de cada cinco compañías que recaudó fondos en las plataforma­s de financiami­ento colectivo entre 2011 y 2013 se fueron a la quiebra. El año pasado, el grupo de gestión Rebus fue el mayor fracaso a la fecha de una compañía financiada colectivam­ente en Gran Bretaña.

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Muchas empresas ganan pequeños inversores al ofrecer beneficios como descuentos en restaurant­es.

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