El Chapo no pierde la esperanza
Trabajo y sueño con algún día portar la verde ¿A quién no le gustaría estar ahí?”
Entre lesiones y pocas oportunidades, Jesús Sánchez no encontraba su lugar en Chivas. El Chapo era uno de los jugadores más recriminados por la afición y más de uno pedía su salida, pero el trabajo y confianza que Matías Almeyda le dio, cambiaron el panorama.
Hoy, el defensa del Rebaño está convertido en uno de los mejores laterales del país e ídolo. Los expertos y los no tanto, inclusive piden una oportunidad para él en la selección nacional, pero que se le sigue negando.
El jugador es paciente. “Trabajo en el club primero para estar bien aquí, si después el técnico de la selección me lleva, estaría encantado de la vida ¿A quién no le gustaría estar ahí? Trabajo y sueño con algún día poder portar la verde”, comentó.
El Clausura 2016 fue el torneo que le cambió la vida. Se jugaba el puesto con un hombre como Raúl López, quien estaba en Chivas como una de las joyas de la cantera, pero Chapo no se rajó y se ganó la confianza de Almeyda.
En ese torneo fueron solamente los últimos seis partidos del torneo, pero no volvió a soltar el puesto titular. Para el Apertura 2016 disputó 16 partidos y en este Clausura 2017 ha estado presente en los nueve, ha llevado incluso el gafete de capitán, lo que habla del respeto que le tienen.
Los insultos en su momento no fueron fáciles: “pasé momentos difíciles, pero seguí trabajando. Es lo único que podía hacer. No tenía otra cosa más que insistir, dar mi máximo en cada entrenamiento para mejorar los aspectos que me estaban faltando. Aspectos débiles que tenía. Obviamente a nadie le gusta que lo insulten. Trataba de leer lo menos posible y enfocarme en lo que hacía, en lo que me correspondía”.
Es así como un hombre que llegó a ser enviado a la Sub 20 y al que se le culpaba de todo mal que existía en Chivas, cambió los insultos por aplausos. Llegó en 2008 proveniente del Héroes de Caborca para el Tapatío y casi 10 años después, encontró lo que merecía.
Jugador de Chivas