¿Será un departamento en Miami la puntilla para el PRD?
El Partido de la Revolución Democrática se desfonda. Ha sido un proceso de varios años que se ha acelerado en los últimos meses.
Si los partidos, tal vez más los de izquierda, viven de sus liderazgos, el PRD se quedó sin ellos. Se fueron Cárdenas, Encinas, Robles, Muñoz Ledo, López Obrador. Creo que hay más ex presidentes del partido peleados con el PRD que adentro.
El nuevo consuelo perredista es que en el 18 podrían ser “el fiel de la balanza”. Triste consuelo para un partido que ha peleado la Presidencia de la República en las últimas dos elecciones presidenciales. Además que ser el fiel de la balanza implica aún pensar si la juegan con el PAN, Morena o… ¿el PRI? En fin, hay algo triste en todo esto. Y, por si no fuera suficiente, su presidenta nacional ahora está metida en un embrollo.
Hasta donde sabemos, los hechos son así: Alejandra Barrales compra un departamento a crédito en Miami en 2015. Su valor es de 14 millones de pesos a dólares de aquellos días. Puso 70 por ciento de enganche, unos 10 millones de pesos pagados en siete mensualidades.
Lo pone a su nombre y así lo incluye en su declaración patrimonial que presenta al Senado, pero no en la versión pública. En enero de 2016, cambia el departamento de nombre y lo pone a nombre de una empresa estadunidense de nombre Maxba Development, que es la empresa que contrata la hipoteca por 30 años para pagar el 30 por ciento restante. El dueño de Maxba Development es otra empresa, que se llama Albama Transportes, cuya dueña es Alejandra Barrales.
Tres meses después, Barrales presentó su 3de3 en donde mencionó la empresa mexicana, no mencionó a la estadunidense ni el departamento. Una empresa mexicana de transportes cuya propiedad es una empresa estadunidense cuya única propiedad es un departamento en Miami.
Es decir, Barrales puso dos empresas entre ella y el departamento.
Dice la presidenta del PRD que eso lo hizo por consejo de sus abogados.
Dice Barrales que en el formato del Imco no hay lugar para poner las propiedades de las empresas, pero otros en su declaración han puesto anexos, como el que ahora, ella ha añadido.
Barrales ha insinuado que la filtración salió de Barbosa. Peor aún. Los mayores enemigos del perredismo son otros perredistas.
La pregunta hoy es si el PRD aguanta. Si le alcanzará, aunque sea, para ser fiel de alguna balanza.
O la agonía será más rápida que lo imaginado. M