En 1994, Riviello tomó decisiones “rápidas y acertadas”: Cienfuegos
Destaca que el divisionario impulsó beneficios y la modernización de las fuerzas armadas
Ante el levantamiento armado del EZLN en Chiapas en 1994, el general Antonio Riviello Bazán, entonces secretario de la Defensa Nacional, “tomó decisiones rápidas y acertadas” para preservar el orden interno y el estado de derecho.
Así lo afirmó el titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, en el homenaje póstumo que se le rindió al divisionario fallecido el lunes, a quien calificó de gran soldado, jefe, maestro, amigo y excelente militar de intachable trayectoria al servicio de las armas.
En el Heroico Colegio Militar dijo que fue uno de los grandes modernizadores del Ejército y un hombre que logró enormes beneficios para los soldados. “Siempre hizo patente su compromiso por erradicar prácticas inmorales y deshonestas, motivando a sus compañeros y subordinados a actuar con rectitud y honestidad en el desempeño de sus funciones”, resaltó.
En la ceremonia de cuerpo presente rindieron honores al general de División en retiro y el féretro, con la bandera de México, fue trasladado por cadetes en una carroza de madera tirada por caballos.
Acompañado del secretario de Marina, Vidal Soberón, y ante la familia Riviello Vidrio, Cienfuegos sostuvo que con enorme pesar se da el último adiós a un maestro y guía que sirvió con honor y lealtad. “El dolor que causa este infortunio es una pena que nos aflige a todos (…) soldado íntegro, exigente y justo, ejemplo de dignidad y franqueza en su trato, digno ejemplo a seguir”, expresó.
El secretario subrayó que su visión estratégica le permitió impulsar la modernización del Ejército y la Fuerza Aérea a finales de la década de los 80 y principios de los 90 mediante la adquisición de equipo, vehículos y aeronaves.
Durante su larga trayectoria en el Ejército —en 1942 causó alta en el Heroico Colegio Militar a los 16 años y hasta sus últimos días fungió como asesor del secretario— obtuvo predios para la construcción de unidades militares y la edificación de más de 100 unidades habitacionales.
Entre sus logros están la puesta en marcha del seguro colectivo de retiro y un seguro de vida militar de alto riesgo. “Su constante preocupación por las tropas lo llevó a renovar uniformes, equipo de campaña y dotó de unidades operativos de vehículos todo terreno de última generación, adquiriendo diversos aviones, helicópteros y radares para la Fuerza Aérea. “Realizó importantes acciones como la construcción de las actuales instalaciones de la Comandancia de la Fuerza Aérea, cuarteles generales, bases aéreas, batallones, regimientos y enfermerías, así como el Hospital Militar Regional de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas”, expuso.
Cienfuegos resaltó la “culminación del centro de entrenamiento táctico computarizado en la Escuela Superior de Guerra, el centro de idiomas del Ejército y Fuerza Aérea y la Dirección General de Comunicación Social”.
“Continuó con la reorganización de la división territorial militar, creando las 37 y 38 zonas militares y las regiones aéreas del centro y sureste. La organización de unidades del arma blindada, adaptándolas a nuestra doctrina militar y la formación de las primeras unidades de fuerzas especiales en México”, señaló.
Antes de entregar la bandera de México a la viuda, Cienfuegos señaló: “No existe momento más triste para un soldado que decir adiós a un compañero… a quien siempre sirvió con honor y lealtad a la nación y a las fuerzas armadas”.
Riviello Bazán fue nombrado secretario de la Defensa Nacional el 1 de diciembre de 1988 y ocupó el cargo hasta el 30 de noviembre de 1994. El general, quien murió a los 90 años, fue reconocido por su liderazgo al tomar decisiones rápidas ante el levantamiento del EZLN.
Según sus propias declaraciones, la Sedena se preparó militar y logísticamente 10 años antes de que surgiera el conflicto armado, lo que coadyuvó a prevenir operaciones y detectarlo con anticipación. Le sobreviven su esposa, Victoria Vidrio Olivares, y sus hijos Antonio, María Antonieta y Victoria Riviello Vidrio. m