AHORA, LONDRES.
Un hombre arrolló con su vehículo a decenas de peatones en el puente de Westminster y apuñaló mortalmente a un policía ante el Parlamento
Cinco muertos, entre ellos el agresor, y 40 heridos fue el saldo del más reciente episodio de violencia terrorista. El modus
operandi fue similar al de los atentados en Niza y Berlín del año pasado: el atacante arrolló con un vehículo a peatones en el puente de Westminster, chocó la verja del Parlamento y apuñaló a un policía. Foto: Toby Melville/Reuters
Un hombre presuntamente vinculado al islamismo usó ayer un coche todoterreno Hyundai gris y un cuchillo para matar a cuatro personas y herir a 40 en Londres, al pie del Big Ben y junto al Parlamento británico, antes de caer abatido a tiros.
En una de las zonas supuestamente más vigiladas del mundo el sospechoso, que las fuerzas de seguridad creen que actuó en solitario, atropelló, poco antes de las tres de la tarde, a los peatones que cruzaban el puente de Westminster, y se dirigió luego a la entrada del Parlamento, donde mató a cuchilladas a un policía, antes de caer muerto a manos de los agentes.
A última hora de la noche, la policía aumentó el balance de víctimas hasta los cuatro muertos (más el agresor) y 40 heridos, pero siguió sin revelar la identidad del autor del ataque. “No voy a hacer comentarios sobre la identidad del atacante (...) pero privilegiamos la pista del terrorismo islamista”, dijo Mark Rowley, comandante de la unidad antiterrorista de Scotland Yard.
Entre los heridos, hay tres policías en estado grave, dijo Rowley, que reveló la identidad del agente muerto: Keith Palmer, de 48 años y 15 de servicio.
La Cámara de los Comunes y la de los Lores suspendieron de inmediato sus sesiones después de que los parlamentarios escucharan desde el interior de Westminster los disparos de la policía.
Cientos de personas, entre diputados, funcionarios, periodistas y ciudadanos que visitaban el palacio, quedaron retenidos casi cinco horas en el Parlamento por motivos de seguridad.
La premier, Theresa May, abandonó el Parlamento en un vehículo poco después del ataque, sin sufrir daño alguno, y reunió anoche al comité de emergencias Cobra, que incluye a sus principales ministros y altos cargos de la defensa y seguridad nacionales.
Tras la reunión, May compareció, vestida de negro, ante su residencia oficial en el número 10 de Downing Street. La primera ministra anunció que no elevará el nivel de amenaza de atentado, que se encuentra en el grado de “severo”, el segundo más alto y que supone como altamente probable que haya atentados. Además, tildó el ataque de “nauseabundo y perverso. “El escenario del atentado”, prosiguió, “no fue una coincidencia. El atacante eligió golpear en el corazón de nuestra capital, donde gente de todas las nacionalidades, religiones y culturas se reúne para celebrar los valores de la libertad, la democracia y la libertad de expresión. Nunca nos rendiremos al terror. Y nunca permitiremos que las voces del odio y el mal nos dividan”, añadió May. Un médico del Hospital de Saint Thomas, que se encuentra a 200 metros del lugar de los hechos y atendió a las víctimas, describió las heridas como “catastróficas”. Entre los heridos hay unos estudiantes franceses cuya vida no peligra, además de rumanos y surcoreanos. Se ignora la identidad de los otros tres fallecidos. Como ocurrió en 2016 en un mercado navideño en Berlín (12 muertos), y en la localidad francesa de Niza (86 muertos), un atacante se valió de un vehículo para causar estragos.
Los testigos describieron escenas de pánico en las inmediaciones del Parlamento, y videos divulgados en las redes sociales mostraron a equipos médicos atendiendo en la acera a los heridos. “Cuando el agresor corría hacia la entrada (del Parlamento), dos personas vestidas con ropa de calle, armados con pistolas, gritaron algo que parecía una advertencia. Él los ignoró. Le dispararon dos o tres veces y cayó”, afirmó un testigo.