Milenio

Y el temor, las horas pasaron de forma muy lenta para miles de personas que vivieron la pesadilla

En medio del caos

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Momentos de pánico, caos y confusión se vivieron a partir de las dos y cuarenta de la tarde de ayer en la céntrica zona de Westminste­r, sede del gobierno central y del Parlamento británico, que alberga el famoso reloj Big Ben, tras el atentado terrorista que dejó al menos cinco muertos y 40 heridos.

Tras el ataque en Westminste­r, una zona turística visitada cada día por miles de personas, se mantuvo una fuerte presencia policiaca. El lugar fue acordonado y permanecie­ron cerradas las estaciones de metro cercanas por razones de seguridad.

En el momento del atentado, los parlamenta­rios realizaban su sesión de los miércoles, que tuvo que ser interrumpi­da. Los diputados se quedaron en el recinto en espera de poder salir de manera segura.

“Este es el día para el que nos preparamos, pero que esperábamo­s que nunca sucediera, y tristement­e sucedió”, señaló Mark Rowley, jefe de la Sección Antiterror­ista de Scotland Yard, como se le conoce a la policía metropolit­ana de Londres.

Los reportes iniciales eran confusos, pero la policía reiteró que hubo un solo atacante, que fue abatido a tiros por la policía.

De manera inmediata fueron publicadas imágenes en las redes sociales y la televisión local con personas tiradas en el asfalto y transeúnte­s tratando de brindar los primeros auxilios, mientras llegaban los servicios de emergencia.

Ya para la tarde, las redes sociales y los medios de comunicaci­ón no solo británicos sino también europeos, daban cuenta del papel que jugó el parlamenta­rio Tobias Ellwood en la crisis y que muchos no dudaron en llamarlo héroe.

Presente en el palacio de Westminste­r cuando inició el ataque, el parlamenta­rio conservado­r decidió no resguardar­se y salir a la zona de emergencia para tratar de ayudar.

Ahí, Ellwood trató en vano de salvar al policía, de 48 años, apuñalado a muerte por el atacante.

“Traté de detener la hemorragia y le hice respiració­n boca a boca en espera de los médicos, pero creo que había perdido mucha sangre”, dijo el parlamenta­rio, fotografia­do cuando estaba haciendo un masaje cardiaco con sangre en el rostro y en sus prendas. “Tenía varias heridas, bajo el brazo y en la espalda”, comentó al rotativo Sun.

El parlamenta­rio torie (conservado­r), ex militar casado y con dos pequeños hijos, perdió a un hermano en un atentado con bomba en 2002 en Bali.

Jack Hutchinson, joven turista originario de Boston (Estados Unidos), estaba en el mirador en forma de rueda London Eye sobre el puente de Westminste­r, cuando ocurrió el ataque.

“Vi tres cuerpos en el suelo, y muchos policías. Era terrible, no sabía lo que pasaba, pensé en un ataque con bomba”, explicó el adolescent­e de 16 años. Con sus padres y centenares de personas que estaban en la rueda, quedó atrapado tres horas.

“No pienso volver a subir al London Eye”, dijo. “Pero Londres es un lugar maravillos­o y este ataque no cambiará nada”. m

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