RECUERDAN A PASCUALA CORONA
El Fondo de Cultura Económica recuerda el centenario del nacimiento de María Teresa Castelló Yturbide, mejor conocida como Pascuala Corona, una de las principales pioneras de la literatura mexicana infantil, que dio voz a las historias tradicionales de este país a través de diversos libros de cuentos, con la reciente edición bilingüe, español-náhuatl, de su cuento El pozo de los ratones, el primero de la serie A la Orilla del Viento.
Esta versión bilingüe, coeditada con la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, presenta un ingenioso relato en el que conviven un príncipe convertido en sapo, una hechicera muy envidiosa, un herrero tan po bre como ambicioso, sus tres hijas, una vieja gata a la que todos tratan mal y el pozo de los ratones, donde van a parar todos los delincuentes del reino. La hija menor del herrero, para salvar su vida, tendrá que convencer al ratón mayor del pozo de que doña Pancha la hechicera, experta en hacer menjurjes venenosos y en traspasar paredes sin quebrarlas, se ha llevado al príncipe sapo.
Las ilustraciones de esta nueva edición son de David Daniel Álvarez, quien con un dominio del carboncillo y acentos de color rojo, creó unas imágenes tan sugerentes como inquietantes en las cuales se realza la fuerza del texto y de los propios personajes; mientras que el encargado de la traducción al náhuatl fue el poeta veracruzano Mardonio Carballo quien recupera la esencia original de El pozo de los ratones, al ser, en primera instancia, una recopilación de la tradición cuentística oral y que, hasta la fecha, se ha mantenido vivo en el catálogo del FCE. La pequeña Tere Primavera —apodo que le decía su padre de cariño—, se impregnó desde muy pequeña en la tradición oral de los cuentos, pues cuando la enviaron con su abuela Carmen, a Morelia, Michoacán, tuvo la buena fortuna de conocer a la nana Pascuala Corona, quien a partir de sus constantes narraciones sobre conejos, coyotes y brujas, marcó para siempre la vida y la vocación de Teresa.
Inquietada por este fascinante descubrimiento, María Teresa Castelló Yturbide registró, en sus años venideros, las voces de hombres y mujeres que le compartieron sus historias. La voz más importante fue la de su nana, que le abrió el mundo antes las posibles historias tradicionales mexicanas, y ante las palabras purépechas que venían de sus raíces michoacanas. Por ello, a manera de homenaje, Teresa firmó sus obras literarias y de investigación con el nombre de Pascuala Corona.
Con el paso de los años, Teresa decidió publicar parte de esas historias en un primer libro titulado Cuentos mexicanos para
niños (Porrúa, 1945). Desarrolló una importante labor social en comunidades indígenas; por ejemplo, en 1988 fundó la asociación Pro-Seda, dedicada a ayudar a mujeres artesanas mixtecas de San Mateo del Peñasco, Oaxaca, después de que enfermara el árbol en el que criaban a los gusanos de seda. También fue amante de la cocina, y en especial de la cocina indígena de México, cuyo gusto derivó en dos de sus obras: Presencia de la comida prehispánica y Libro de cocina de Jerónimo de San Pelayo.
Fue escritora, investigadora, pintora, promotora cultural, conferencista, asesora de investigadores, trabajadora social y egresada de la Escuela Nacional de Arte “La Esmeralda”.