Edgar Elías Azar: la embajada como premio
Hace días, Édgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ), renunció al cargo que ocupaba desde hace nueve años.
El movimiento fue extraño porque si algo le interesaba a Elías era eternizarse en el poder: consiguió que se modificara la ley local no una, sino dos veces, para ocupar el puesto por lo menos una década. El proceso de reelección fue tan controvertido que varios jueces locales se rebelaron y presentaron amparos para evitar que sucediera.
El motivo de la renuncia fue su posterior nominación como embajador ante los Países Bajos, nombramiento para el cual dista de estar calificado por dos motivos.
El primero es su nula experiencia en el mundo diplomático. Aunque eso no lo de- tendrá: durante este gobierno embajadas, consulados, secretarías —hasta puestos técnicos— han sido regalos o pagos de favores (http://bit.ly/2mVsF95).
El segundo, más problemático, es la larga estela de acusaciones que deja tras su paso por el Tribunal Superior.
Fue señalado en Estados Unidos por supuestamente permitir sobornos a jueces del TSJ a cambio de fallos favorables (http:// bit.ly/2mVwISt); perdió 120 millones de pesos del erario por invertir en Ficrea, a pesar de que la institución financiera que lo asesoraba le dijo que era mala inversión (http://bit.ly/2o9EDwD); semanas después de oponerse a su segunda reelección, una magistrada fue investigada penalmente (http://eluni.mx/29sxPoO); por último, hizo negocios inmobiliarios poco éticos y transparentes. Por ejemplo, invirtió el Fondo de Retiro de los magistrados en comprar un estacionamiento público que los propios empleados del Tribunal pagan por utilizar cuando trabajan (http://bit.ly/1wEcpMO).
Lo anterior es apenas una pequeña muestra de todo lo que se le ha acusado. Los motivos para que no sea embajador abundan.
Pero no hay mal que por bien no venga: abogados y jueces de la Ciudad de México están de fiesta. Al fin se libran del hombre que hizo de la justicia capitalina su negocio personal. M