La inflación no parece ceder
Ayer salió el dato de la inflación de la primera quincena de marzo en 0.35%, cifra que resultó por arriba de las estimaciones del mercado, que esperaba 0.30%; este dígito aislado no nos dice mucho; sin embargo, cuando calculamos los últimos 12 meses nos muestra una cifra de 5.29% —muy por encima del objetivo del Banco de México, que es de 3%—, con un margen de más/menos uno por ciento.
Sin darle muchas vueltas, el dato es malo y nos lleva a confirmar que durante este año la inflación podrá estar por arriba de 5.5%, información que seguramente influirá en la decisión que tiene que tomar el Banco de México sobre la tasa de interés de referencia; el jueves 31 de marzo el Banco Central celebrará su reunión de política monetaria y es muy probable que incremente la tasa de interés de referencia, cuando menos un cuarto de punto para que pase de 6.25% actual a 6.5%. Algunos analistas especulan que el alza pudiera llegar a ser de medio punto; yo creo que eso sería un poco exagerado toda vez que sabemos que en EU las tasas seguirán hacia arriba (cuando menos dos alzas de un cuarto de punto cada una), y me supongo que Banxico será cuidadoso en no gastar todas las balas tan pronto.
La tasa de referencia en México hoy es de 6.25% y en EU de 1%; hace solamente 18 meses nuestra tasa estaba en 3.25% y la estadunidense en 0.25%; la diferencia entre nuestra tasa y la de ellos era de 3 puntos y ahora es de 5.25 puntos.
Generalmente es aceptado que el subir las tasas de interés ayuda a contener la inflación, ya que al encarecerse el dinero, el crédito también sube y eso debe de contraer el consumo, aunque el impacto es distinto en cada país; por ejemplo, en EU la gente vive con mucho mayor dependencia del crédito que el mexicano, las mismas empresas en el vecino del norte están mucho más apalancadas que las empresas mexicanas. Las razones son muchas y no son tema de este artículo, pero lo que sí es cierto es que la economía estadunidense reacciona mucho más para bien o para mal, si las tasas suben o bajan. En México el impacto de la tasa de interés en el consumo personal es mucho más bajo que en EU, y a las empresas les afecta dependiendo de sus niveles de apalancamiento.