Un gobierno que tira la toalla
Nada, esa es la respuesta que 63 por ciento de los ciudadanos da a la pregunta ¿cuánto le creen al presidente Peña Nieto? Hace tres meses 53 por ciento no le creía ni una palabra. Es dato de la última encuesta GEA-ISA, dada a conocer hoy. Además registra que la desaprobación de la gestión presidencial creció de 65 a 77 por ciento, mientras que su aprobación se situó en 19 por ciento. Únicamente 8 por ciento piensa que el Presidente tiene la capacidad de resolver los problemas del país; 9 por ciento que es capaz de gobernar y 12 por ciento que se preocupa por el bienestar social.
A la pregunta de si está enojado o no con el gasolinazo y en caso de que sí lo esté, ¿qué tan enojado está?, las respuestas también son preocupantes: muy enojados, 67 por ciento; enojados, 25 por ciento, y no enojados, 4 por ciento. Y eso que ya pasaron tres meses. Interrogados sobre ¿qué sienten al pensar en el gobierno de Peña Nieto?, las respuestas son: enojo, 33 por ciento, y preocupación, 39 por ciento; orgullo, 6, y esperanza, 18 por ciento.
Con estos datos demoledores, uno pensaría que el gobierno hará algo no solo para mejorar la imagen presidencial, sino aplicarse en la solución de los problemas más urgentes y sentidos por la población. Vienen elecciones. El ejemplo más contundente es el de la seguridad. Febrero registró la tasa más alta de homicidios por cada 100 mil habitantes desde 1997, es decir, de los últimos 20 años. De continuar la tendencia de los asesinatos dolosos como va, en agosto habrá superado al mes más violento de 2011, el peor año de violencia durante el gobierno de Felipe Calderón.
Ahora, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ya no habla de coordinación, la varita mágica que solucionaría el problema, sino que critica la falta de compromiso de los gobiernos estatales para construir policías confiables y eficaces, lo cual es cierto, pero se le olvida señalar que el gobierno federal no ha hecho prácticamente nada desde 2012 para impulsar la reforma constitucional en materia de cuerpos policiacos y dotarla de presupuesto para que se pudiera hacer realidad. Además, ¿ha sabido usted de alguna estrategia gubernamental nueva o complementaria frente a la crisis de violencia iniciada hace dos años?
Si nos vamos al tema de corrupción y justicia, las cosas no andan mejor. El nombramiento del fiscal anticorrupción solo lleva dos años de retraso. ¿Cuál es la prisa: atrapar a Duarte, abrir una investigación a Borge o darle curso a algunas de las muchas irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación? No pareciera que eso sea prioridad. Al parecer, ya tiraron la toalla y heredarán un país con una tendencia creciente en materia de inseguridad y con un caudal de corrupción por investigar y con instituciones incompletas.
Mientras tanto, el Presidente y buena parte del gabinete concentran su trabajo, curiosamente, en el Estado de México, a unos días de que inicien las campañas y los gobiernos estatal y federal ya no puedan utilizar los programas de gobierno como instrumento de propaganda electoral. Es demasiado obvio y al parecer tampoco les importa. Quizá piensen que ya da lo mismo tener una reprobación social de 77 o de 87 por ciento en junio próximo. ¿Cuál sería la diferencia? Para efectos prácticos, mejor tiran la toalla y se dedican a tratar de rescatar lo que se pueda en las elecciones por venir. M
Al parecer heredarán un país con una tendencia creciente en materia de inseguridad y con un caudal de corrupción por investigar y con instituciones incompletas