Pablo y Haydée Milanés unifican su pasión por la música
Padre e hija se presentaron anoche en El Plaza Condesa ante mil 200 personas, quienes disfrutaron del tributo que ella hizo al compositor
Haydée Milanés creció junto a la música de su padre, Pablo Milanés, y el gusto por el verso la llevó a seguir su mismo camino; sin embargo, fue hace poco que se atrevió a compartir el escenario con él. “Esperaba el momento de sentirme más madura musicalmente para acercarme a la obra de mi padre”, declaró Haydee en una entrevista. Cuando el momento llegó nació Amor, disco donde padre e hija cantan a dueto y que revivieron anoche, en El Plaza Condesa, ante mil 200 personas.
El escenario lo calentó Haydée, cuando a las 21:15 apareció para refrescar su paso por México con “La música”, tema incluido en su primer disco, editado en 2004. “Es una alegría compartir con ustedes esta noche llena de emociones y de gran felicidad”, saludó la cubana para continuar con “La gloria eres tú”, seguida de la primera canción homenaje a su padre, “Son para un festival”. Los aplausos la recibieron calurosamente, aunque fue la sorpresiva llegada de Pablo Milanés en el siguiente tema, “Si ella me faltara alguna vez”, lo que alborotó a los presentes, quienes abandonaron sus asientos y le aplaudieron de pie. “Encantado de estar aquí, en el país que me acogió por primera vez internacionalmente y espero que la acoja a ella. Por eso le dije: ‘En México vamos a hacer esto’”, declaró Pablo, dejando a nuestro país la responsabilidad de ver crecer a su hija.
Después del primer dueto, Haydée abandonó escena y Pablo interpretó “Matinal”, tema que compuso a su esposa Nancy una mañana mientras la miraba dormir.
El amor por su isla se hizo presente en las siguientes dos canciones: “Nostalgias”, escrita para todos aquellos amigos que partieron antes, y “Vestida de mar”, su más reciente escritura que dedica a esa Cuba “menos turística, quizá más dolorosa”.
Volvió Haydée al escenario y el público agradeció la mancuerna de sus voces en “Hoy estás quizás más lejos”, canción que permitió al padre recordar a su pequeña cuando aún no podía articular palabras. “Esta se la aprendió a los dos añitos”, dijo Pablo. “Es una de mis preferidas”, aseguró su hija y la complicidad en sus miradas fue un gran regalo para la audiencia, porque como dijeron más adelante: “Amor impulsó este disco”.
Unas luces tenues que a veces iluminaban a los músicos y otras al público daba al ambiente una sensación de intimidad que fue bien aceptada por el público asistente.
En su mayoría eran adultos mayores de 40 años y parecían disfrutar desde sus asientos una velada tranquila, con su pareja al lado y dedicándose estrofas al aire.
Mientras más cerca estaba del final, más emoción se percibía con cada tema. “Ámame como soy” y “Canción” fueron las siguientes en el repertorio. Después un espacio para que Haydée presentara a los músicos y el gran cierre llegó con dos clásicos: “Yolanda” y “El breve espacio en que no está”.
Había transcurrido poco más de hora y media y el público pedía con insistencia más música. Para no desairar a quienes esperaron por años su regreso, el dueto Milanés cantó “Hoy la vi” y después se despidió. “Gracias por querer tanto a mi padre y acoger la música cubana”, finalizó Haydée.