PARA MOHAMED, EL LIDERATO LA PRÓXIMA
POR PRIMERA VEZ EN EL TORNEO, AMÉRICA AMANECE EN PUESTOS DE LIGUILLA, GRACIAS A UN TANTO DE ORIBE PERALTA, AL TIEMPO QUE PRIVÓ AL MONTERREY DE ALCANZAR LA CIMA DE LA CLASIFICACIÓN
Las formas del América distan mucho de ser las más espectaculares, todo lo contrario, pero nadie puede refutar que ha pasado a ser un equipo bien efectista. Ricardo La Volpe ha hecho de las Águilas un cuadro efectivo, sobre todo en el estadio Azteca, donde el entrenador se mantiene invicto y anoche logró una victoria fundamental en sus aspiraciones. Venció a Monterrey por la mínima con un gol de Oribe Peralta y ya está en zona de Liguilla, por primera vez en el torneo.
El encuentro de anoche tenía su dificultad, porque Rayados es un conjunto bien articulado, no en vano está en el pelotón de arriba y posee un plantel basto en recursos; es más, ayer se plantó en el Azteca con el objetivo de alcanzar el liderato, luego de la igualada de Chivas, pero no, Antonio Mohamed se quedó con las ganas precisamente ante su ex equipo.
Lo que parecía sería un partido en el que habría emociones, se quedó en meras intenciones, ni un intercambio de golpes, los dos equipos fueron cautos y tuvieron muchos errores en la zona ofensiva. No hubo un jugador que estuviera iluminado, que agitara el partido o le diera un toque de vértigo, hizo su esfuerzo Monterrey, pero la defensa americanista estuvo atenta para destruir el juego rayado.
Iba Monterrey en busca del arco contrario, fue el equipo que mostró un poco más de decisión y mejor acompañamiento en el centro del campo, con la velocidad de Chará trató de desequilibrar y hacer llegar la pelota a Funes Mori y Pabón, pero siempre fueron anticipados por los zagueros amarillos o sus tiros salían sin dirección. Solo uno fue amenazante, pero el disparo de Dorlan fue bien rechazado por Marchesín.
América, en tanto, se esforzaba por tener alguna posesión larga, La Volpe le dio juego de nuevo a Diego Lainez, el chico se estrenó en el Azteca, pero es muy pronto para que asuma un papel protagónico, hizo su esfuerzo y mostró descaro. Las Águilas sufren en las transiciones ofensivas y tuvieron poco juego ofensivo.
Encima, América volvió a verse condicionado por una lesión, muy pronto perdió a Cecilio Domínguez, el delantero paraguayo se marchó del campo de juego al minuto 20, resentido del hombro izquierdo, por una falta que recibió de Iván Piris. Cecilio fue al vestidor para ver si podía continuar, volvió a la batalla, pero el dolor era mucho y dejó su puesto a Michael Arroyo.
Fue Michael el que en su primera acción estuvo a punto de abrir la pizarra, su tradicional jugada (bicicleta) casi funciona como llave; el ecuatoriano arrancó por izquierda, eludió a su marcador y chutó, pero Hugo González salió a tiempo y tapó el disparo.
Después de eso, el juego pasó a ser un duelo áspero en medio campo, sin que alguno pudiera ejercer un dominio. Nadie se levantó como faro, puras intenciones y nada más, aunque en la recta final del primer tiempo, Lainez controló por izquierda recortó y chutó, pero de nuevo el balón fue a la posición de Hugo.
Los delanteros de uno y otro equipo no encontraron hueco, porque los zagueros de ambos bandos estaban bien parapetados y con los sentidos alerta para no cometer alguna pifia que les penalizara. Los mejores hombres amarillos habían sido Marchesín, Valdez, Pimentel y Guerrero. Los
de Monterrey: González, Montes, Piris y Nicolás Sánchez.
Tras el paso por los vestidores no varió mucho el guión. América con la misma cautela y Rayados con la misma intención, pero sin lucidez. Vino entonces una buena jugada de Lainez por la banda derecha, el novel futbolista se fue de dos rivales, entró al área, pero erró a la hora de tirar la diagonal.
La pelota le seguía perteneciendo a Rayados que tocaba y tocaba, pero en zonas en las que no había riesgo para los de Ricardo La Volpe que aguardan por un error de los regiomontanos. Los dos entrenadores movieron al mismo tiempo su banquillo. Mohamed mandó a Carlos Sánchez por Juárez y La Volpe a Manuel Pérez por Romero.
Se estaban reajustando los equipos cuando vino una jugada que Monterrey no supo resolver. Mares prendió el balón de volea, la pelota se le escurrió a toda la defensa y a segundo poste apareció Oribe para empujarla al fondo.
Otra vez ajustes del banquillo, Mohamed por la igualada con
Poncho González y La Volpe a conservar el marcador con Güémez. Chará estuvo a punto de igualar el marcador, pero un desvío evitó el festejo regiomontano.
América tiró del oficio y a Monterrey lo fue superando la ansiedad, jamás se encontró con una jugada clara, y cuando pintaba para tener alguna, la defensa amarilla se fajó para impedir el daño. Solventó el tramo final del partido el conjunto amarillo, una semana más en la que se salió avante en la adversidad, ya está en puestos de Liguilla, ahora debe enfocarse en seguir escalando posiciones y en recuperar a sus lesionados.