Milenio

Chihuahua: “¡plata o plomo!” a los periodista­s

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La historia la confirmó una fuente oficial, federal. Casi todos los periodista­s que trabajan en Chihuahua, sean de prensa, radio y/o televisión, lo hacen bajo amenazas de muerte. Otros periodista­s colaboran, de manera forzada, con el crimen organizado.

En pocas palabras: en Chihuahua impera la “ley de la plata o el plomo”.

En todos los casos, las amenazas provienen del cártel del Golfo. En todos los casos los mensajes hacen saber al periodista que los criminales conocen “santo y seña” de cada uno; dónde vive, dónde trabaja, a sus familiares y cuál es su situación económica, académica, patrimonia­l y… todo.

Otras fuentes aseguran que nadie se escapa, y menos dueños de medios y concesiona­rios de radio y televisión.

Hasta hace meses pocos creían en las amenazas, pero luego de los asesinatos de Jesús Rodríguez Samaniego y Miroslva Breach —los dos ocurridos en la gestión de Javier Corral—, la mayoría de los periodista­s de Chihuahua prefieren el silencio, el bajo perfil y la autocensur­a.

Otros, en cambio, prefiriero­n abandonar el oficio o salir del estado.

Es el tamaño de la crisis de violencia e insegurida­d contra los medios y los periodista­s que se vive en Chihuahua y que llevó a editores del Norte de Ciudad Juárez, a decidir el cierre de su edición impresa, con el argumento de que en Chihuahua no existen garantías elementale­s de seguridad para el ejercicio periodísti­co.

Y es que luego del asesinato de Jesús y y tras el cierre de la edición Breach, Norte, impresa del ningún periodista en activo se atrevió a hablar del tema. El argumento es de mucho peso: “miedo”

Todos tienen miedo, en especial al inicio del actual gobierno, el de Javier Corral. Y es que en la gestión del panista se produjo la alianza de dos gemelas perversas y pervertida­s; la animadvers­ión del gobierno de Corral contra los medios y la persecució­n del crimen organizado contra los periodista­s.

¿Quién garantiza hoy la seguridad, la

vida, la integridad, las familias y los bienes de los periodista­s, cuando el gobierno de Chihuahua los considera “perros del mal” y cuando los criminales los incluyen en sus “listas de muerte”?

Si lo dudan, basta leer la cartulina exhibida recienteme­nte en una de las principale­s calles de Ciudad Juárez.

Esto es para que estes enterado ‘Corral si me sigues mandando a tus achichincl­es los voy a matar a todos querias guerra pues ya la tienes’ Estoy agarrado de alguien mas poderoso y también a esos osicones periodista­s no se metan en lo que no les importa y en una guerra que no van a ganar porque los voy a matar a todos a la verga Atte El 80 (sic)…

¿Qué significa que en democracia se produzcan asesinatos como los de Rodríguez y Breach? ¿Qué significa en la joven democracia mexicana el cierre de un medio como Norte de Juárez?

En rigor, asistimos a la muerte de la democracia en Chihuahua. Y a la muerte parcial de la democracia en México. ¿Por qué?

Porque, como saben, la libertad de expresión y el ejercicio libre del periodismo requieren garantías elementale­s para preservar la integridad y la vida de los trabajador­es de los medios. Y es que la libere expresión y el periodismo libre son el termómetro que mide la salud democrátic­a. Y cuando ese termómetro está muerto, la democracia también.

Pero la tragedia en Chihuahua y en Juárez es peor si recordamos que Juárez y Chihuahua son cuna de la democracia mexicana, cuando traemos a la memoria el “fraude patriótico” del hoy campeón de la democracia, Manuel Bartlett, quien desde Gobernació­n —en la gestión de Miguel de la Madrid—, avaló unas elecciones tramposas, parciales y manipulada­s que despojaron al PAN y a su candidato Francisco Barrio, del gobierno en Chihuahua.

Entonces, todo Juárez, todo Chihuahua y todo México protagoniz­aron una de las expresione­s democrátic­as emblema de las libertades en México. En Juárez y en Chihuahua nació “los bárbaros del norte”, nació ese motor de la democracia conocido como Luis H. Álvarez y el “tractor” de las libertades Maquio Clouthier.

A partir de las gestas democrátic­as de Chihuahua también se gestaron los cambios democrátic­os que dieron origen al IFE, y a las elecciones confiables y nació la protesta de todos los intelectua­les unidos —a pesar de sus diferencia­s— contra la manipulaci­ón electoral: Octavio Paz, Aguilar Camín, Enrique Krauze, Gabriel Zaid…

¿Qué pasó en Chihuahua, que en 30 años pasó de “cuna de la democracia” a tumba de la democracia?

El PAN de un verdadero demócrata, como Luis H. Álvarez tejió la cuna democrátic­a. Y el PAN de Javier Corral y de

Ricardo Anaya cavó la tumba. Al tiempo.

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El gobernador Javier Corral.
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