Take it easy, senador McCain
Ni el senador John McCain ni el secretario de Estado John Kelly ni ningún otro legislador ni gobernador ni empresario ni integrante del gobierno estadunidense deben temer si en las elecciones de 2018 en México gana un candidato de izquierda. Definir si este eventual triunfo de un candidato de la izquierda le convendría al actual gobierno estadunidense es un asunto que tendrían que determinar ellos. Si le convendría a México es un asunto nuestro. Corresponderá a los mexicanos decidir por medio de nuestro voto quién nos gobernará y esa será una decisión soberana de nuestro país, como fue una decisión soberana del pueblo estadunidense elegir a un personaje como Donald Trump como su presidente.
México necesita un Presidente de la República que defienda la soberanía de nuestro país ante las agresiones del exterior. Un mandatario que con dignidad y firmeza alce la voz y exija respeto a los derechos humanos de nuestros compatriotas que se encuentren fuera de nuestro país, que se oponga a las deportaciones masivas, que denuncie la construcción de un muro fronterizo y que no calle ante las muestras de xenofobia y odio hacia nuestros migrantes. Señalar los aspectos que prevalecen en la relación bilateral con Estados Unidos no significa ser o tener “un sentimiento antiestadunidense”. Simplemente se trataría de la defensa contra las recientes agresiones contra México, algo que el actual gobierno no ha querido o no ha podido hacer.
No se necesita ser de izquierda para señalar algunos de los rasgos y actitudes del presidente de Estados Unidos. En diversos momentos, el propio senador McCain ha expresado fuertes críticas a las declaraciones y acciones de Donald Trump por sus actitudes contra los migrantes o de los medios de comunica- ción, o por declaraciones en torno a integrantes de las fuerzas armadas de ese país. Nadie mejor que el senador McCain conocen los riesgos que para Estados Unidos y para la comunidad internacional representa el actual gobierno de su país.
Si en 2018 gana la elección presidencial un candidato de izquierda, las relaciones bilaterales de México con Estados Unidos tendrían mayor claridad, porque del lado mexicano existiría una definición del interés nacional y de los temas que tendrían que integrar una agenda bilateral. Con un gobierno de izquierda no solo se pondría sobre la mesa el tema comercial, también se incluiría el tema del respeto a los derechos humanos, la migración, la seguridad fronteriza y, por supuesto, la construcción del muro fronterizo.
Con un gobierno de izquierda el Estado mexicano desarrollaría una política exterior con apego a los principios constitucionales e internacionales para la conducción de las relaciones ante la comunidad internacional. Asimismo, establecería las directrices para poner en marcha acciones diplomáticas y jurisdiccionales ante organismos y tribunales internacionales por actos de otros estados que amenacen o afecten su soberanía, integridad o intereses nacionales, como el muro que pretende construir el gobierno de Estados Unidos.
Para un gobierno de izquierda los objetivos de la organización internacional entre naciones son lograr una comunidad de paz, justicia e igualdad; fomentar y robustecer la solidaridad y colaboración internacionales, y defender la soberanía, integridad territorial e independencia. M
Nadie mejor que él conoce los riesgos que para EU y la comunidad interna cional representa su actual gobierno