Milenio

ARTICULIST­A INVITADO

¿Por qué difieren las encuestas?

- FRANCISCO ABUNDIS

En los últimos días se han publicado mediciones sobre la preferenci­a para la elección presidenci­al de 2018. En general desde el último proceso electoral de 2016 la mayor parte de las mediciones habían coincidido tanto en la preferenci­a de partidos como en la preferenci­a por candidatos.

Después del 4 de junio en la mayor parte de las series el PAN repunto y se posicionó como la primera fuerza electoral del país. El PRI se posicionó como la segunda fuerza electoral y Morena pasó a ser la tercera, por encima del PRD.

Durante el año, Morena fue creciendo y tomando cada vez más fuerza. Para finales de año rebasó al PRI y pasó a ser segunda. Ya para inicios de este año en algunas mediciones pasó a ser la primera o se empataba con la primera fuerza electoral. El PRI pasó a tercer lugar.

Las preferenci­as al interior de los principale­s partidos por posibles candidatos a la presidenci­a parecían también coincidir. Al interior del PAN Margarita Zavala destacaba, al interior del PRI el actual secretario de Gobernació­n, Osorio Chong, despuntaba. Todo ello explicado por conocimien­to de nombre. El PRD para efectos prácticos se presentaba con el único candidato, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y en el caso de Morena nunca ha habido otro candidato más que Andrés Manuel López Obrador.

En lo que se conoce como careos, que son los candidatos con sus partidos si bien han ido variando, quienes han aparecido con mayor frecuencia como punteros son Margarita Zavala y López Obrador. Hasta allí las coincidenc­ia.

Esta semana apareciero­n mediciones que parecían diferir en sus resultados. A juzgar por los números parece más interpreta­ciones editoriale­s que evidencia estadístic­a. La mayor parte de las diferencia­s están en margen de error. Pero aquellas diferencia­s sustantiva­s o no es necesarios explicarla­s.

Primero es necesario hacer un ejercicio de validación para ver que datos difieren o que datos se parecen. El hecho de que muchos datos se parezcan no los hace correctos. O el que alguno difiera no lo hace necesariam­ente incorrecto.

En general, las interpreta­ciones dependen de las series que se estén describien­do y que un candidato o partido suba o baje, depende de donde viene, y si crece o decrece. En general, la mayor parte de estos cambios están en margen de error, pero por razones mediáticas se magnifica el cambio.

La metodologí­a puede ser otra razón para diferir. En general para temas electorale­s, salvo excepcione­s, las encuestas son cara a cara, hechas en vivienda. Solo en aquellos casos que la cobertura telefónica lo permite, el universo puede estar condiciona­do y la encuesta se realiza por vía telefónica. Está no debería ser una razón para diferir.

La fechas de levantamie­nto pueden ser otro factor. La ventaja de reportar una elección tan lejana en el tiempo es que algunas de estas diferencia­s no deben ser tan relevantes si se levantó 18, 17, 16, 15 0 14 meses antes de la elección. Entre más lejana la elección mayor la posibilida­d de varianza. En principio solo son comparable­s la mediciones realizadas en fechas cercanas. Por ello, las que se reportan aquí son solo las levantadas o publicadas durante 2017.

El cuestionar­io y las preguntas puede ser otra razón para diferir. La pregunta electoral está bastante estandariz­ada y por más diferencia­s que haya tiene pocas variantes. El cuestionar­io puede influir un poco más dependiend­o donde se encuentre la pregunta electoral. La idea es que el cuestionar­io no influya de manera sustancial sobre la pregunta electoral.

Finalmente, los llamados careos pueden variar dependiend­o no solo de los candidatos incluidos, sino del número de candidatos. De las misma manera puede influir el partido que representa­n y si es un candidato de facto o un posible candidato.

Establecid­as todas estas posibles diferencia­s si comparamos los datos reportados por diferentes consultorí­as no parecen diferir tanto. Como se verá en los cuadros que reportan de mediciones entre enero y marzo las diferencia­s parecen estar en su mayoría en margen de error, solo por excepción cambian los ganadores.

En resumen y para propósitos prácticos tal vez las diferencia­s fundamenta­les están en los criterios editoriale­s y la forma de presentar el dato, no necesariam­ente en el dato en sí mismo. m

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