Un juego por la paz
Un día después sonó el himno de la Champions en Dortmund. Hubo futbol en el Signal Iduna Park que vio cómo el Mónaco, encabezado por el joven sensación Kylian Mbappé se llevaba de Alemania un triunfo que lo acerca a las semifinales del torneo. Los franceses doblegaron 3-2 a los alemanes
Jardim alineó arriba a Radamel Falcao y a Mbappé, de quien se esperaba mucho después de explotar mediáticamente tras eliminar al City de Guardiola. En los siguientes partidos de la liga francesa y de clasificación para el Mundial no brilló.
Con el recuerdo a Marc Bartra antes del pitido inicial y sin el ruido de los explosivos que aplazaron el inicio de la contienda 24 horas después de su día oficial, ambos equipos dieron los primeros pasos tanteándose y sin crear inquietud en la grada. El Mónaco, poco a poco, fue haciéndose con las riendas del choque, empezó a acumular balón en el campo del Dortmund. Fabinho falló un penalti en el minuto 17.
Pero un par de minutos después, Mbappé abrió el marcador casi de casualidad. Bernardo Silva asistió con categoría a Thomas Lemar, que centró desde la banda izquierda al corazón del área, y Mbappé, en fuera de juego, metió la pelota.
El cuadro alemán no supo reaccionar; el Mónaco siguió a lo suyo y, en una jugada desafortunada, Sven Bender metió un gol en propia meta para colocar un peligroso 2-0 en el marcador en contra del Dortmund. Fue hasta el segundo tiempo cuando los alemanes se vieron más enchufados con los ingresos de Nuri Sahin y Christian Pulisic. Dembélé redujo distancias en una jugada que inició Aubameyang con un toque de tacón hacia el interior del área que acabó en las botas de Kagawa. El japonés cedió la pelota a Dembélé que le dio emoción a la serie con el 1-2.
El Mónaco resistió la reacción alemana y el Dortmund fue quedándose sin ideas y cedió contragolpes que fueron definitivos. Los franceses B. DORTMUND avisaron con Falcao, que mandó la pelota al cielo. Entonces apareció de nuevo Mbappé, que aprovechó un error de Lukasz Piszcz en una mala cesión a Sokratis. El balón acabó en las botas de Mbappé, que cabalgó hasta la portería y puso la pelota en la escuadra de Bürki.
El Borussia apretó los dientes, buscó reaccionar y acortar distancias, y encontró el descuento con un gol de Kagawa para el marcador definitivo.
El Mónaco da y recibe, pero es garantía de espectáculo. En la vuelta, todo puede pasar. El Dortmund, no se rendirá.