Macron se impone y enfrentará a Le Pen en segunda vuelta; tras el resultado, disturbios
El candidato centrista gana la ronda con 23.7% de los votos, mientras que la ultraderechista obtuvo 21.9%; el 7 de mayo se definirá la presidencia
El centrista proeuropeo Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen disputarán la segunda vuelta de las presidenciales en Francia, en las que el primero parte como gran favorito tras el castigo infligido este domingo en las urnas a los partidos tradicionales.
El resultado de la primera ronda es implacable. Por primera vez, en casi 60 años, la derecha estará ausente de la segunda vuelta y no habrá representantes de los dos grandes partidos que dominan la política desde hace medio siglo: los socialistas del presidente saliente François Hollande y los conservadores liderados por François Fillon. “La derecha nocaut”, titula en primera plana el diario conservador Le Figaro, calificando el resultado de “enorme desperdicio”. Según resultados casi definitivos del ministerio del Interior, Macron encabezó la primera vuelta con 23.7 por ciento de votos y su adversaria de 48 años con 21.9%. Les siguen Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
A sus 39 años, al frente de un nuevo partido, ¡En Marcha!, Macron, que no se considera de derecha ni de izquierda, ganó una arriesgada apuesta, y eso sin haberse sometido nunca antes al veredicto de las urnas. Su victoria fue saludada por los mercados, que impulsaron al euro en señal de respiro. “En vuestro nombre, encarnaré (...) la voz de la esperanza para nuestro país y para Europa”, declaró Macron, quien se presentó como el “presidente de los patriotas frente a la amenaza de los nacionalistas. “Los franceses han expresado su deseo de renovación”, zanjó el ex banquero, al que dos sondeos realizados anoche lo dan como ganador en la segunda vuelta del 7 de mayo por abrumadora mayoría.
Para Ipsos Sopra Steria, Macron obtendría 62% de los votos contra 38% de Le Pen. Para Harris Interactive, la diferencia sería mayor: 64% para el centrista y 36% para su rival. Hollande, del que fue ministro de Economía, lo llamó para darle la enhorabuena. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también lo felicitó con un tuit en el que le deseó “ánimo para lo que sigue”. Pero Marine Le Pen también estaba exultante ante un “resultado histórico” y “una primera etapa superada”, dijo, para su partido Frente Nacional (FN), con el que repitió la hazaña de su padre 15 años después. Los franceses tendrán que escoger entre la “globalización salvaje”, dijo Le Pen, refiriéndose a Macron, y “la gran alternancia”, que para ella representa su programa. Toda la clase política francesa, de derecha e izquierda, llamó a frenar a la ultraderecha, como Fillon, que dijo que Le Pen solo traería “desgracia”, “división” y “caos”. Pero cualquiera de los dos haría historia: Macron como el presidente más joven y ella como la primera mujer en la jefatura del Estado. Una victoria de Macron supondría una bocanada de aire fresco para la UE, pues hizo campaña con un programa abiertamente proeuropeo y liberal. Alemania, voz cantante de la UE, se declaró “feliz” con el resultado.
De vencer Le Pen se avecinaría, en cambio, una época de gran incertidumbre para la UE por su defensa de la salida del euro, que puede propinar un golpe fatal a un bloque ya debilitado por el brexit. Capitalizando el hartazgo de los franceses con el sistema, la ultraderechista se benefició de la misma ola populista que propulsó la victoria de Donald Trump en EU, con un programa centrado en la “preferencia nacional”.
Pese a la amenaza de atentados yihadistas que planeaba sobre estos comicios, los franceses no se dejaron amedrentar y acudieron a las urnas. La participación rondó 70%, de las más altas de los últimos 40 años.
La recta final de la campaña se vio sacudida esta semana por un ataque en la emblemática avenida de los Campos Elíseos y el desbaratamiento de un atentado inminente, en un país ya traumatizado por una ola de ataques yihadistas que ha provocado más de 230 muertos desde 2015.
En este clima de tensión máxima, las autoridades no escatimaron medios para garantizar la seguridad, con el despliegue de más de 50 mil policías y gendarmes, que contaron con la ayuda de siete mil militares.
Unos300manifestantesquedijeron ser “antifascistas” se enfrentaron contra la policía el domingo por la noche en París.
Las fuerzas de seguridad cargaron contra los manifestantes, posicionados en la rotonda de la plaza de la Bastilla. Los jóvenes, algunos con pasamontañas, lanzaron botellas y petardos contra los agentes. Tres personas fueron arrestadas, según la prefectura de la policía.
Los manifestantes atendían el llamado de movimientos “antifascistas”, que pretendían organizar una “noche de las barricadas”. m