Francia: debacle de la partidocracia
Hay muchas lecturas de los resultados electorales en Francia. Un dato indiscutible es el derrumbe de los partidos tradicionales: Socialista: 6.4 por ciento y Republicanos: 20%. El más estrepitoso es el del Partido Socialista, tanto por su antigüedad, de más de 100 años, como por ser el partido gobernante.
Como en muchas partes, también en Francia existe un creciente rechazo a los partidos tradicionales. No es cualquier cosa. Francia es por definición el país cuna del sistema político moderno. Algunos aquí no se cansaron de descalificar la opción de candidaturas independientes (reales, no las simulaciones en boga) aduciendo que “sin partidos la democracia es imposible”, lo ocurrido en Francia desmiente de manera contundente esa “tesis”. Ello no necesariamente es algo, en sí mismo, positivo, mucho menos inmaculado. Expresa una tendencia cada vez más extendida de rechazo a la partidocracia.
En México ese fenómeno se ha expresado en muchas formas, quizá por ello la partidocracia ha puesto todo tipo de candados para impedir las candidaturas independientes verdaderas. Con los requisitos ac- tuales, sobre todo el millón de firmas, no es posible que se registren candidatos independientes. Salvo el caso de Kumamoto, todos los supuestos candidatos independientes proceden del PRI.
Ese panorama pareciera repetirse en los que aspiran a una candidatura “independiente” en las elecciones de 2018, tal es el caso del Bronco y en cierta medida de Pedro Ferriz, vocero del régimen por décadas. En el escenario están solamente dos posibles candidaturas independientes: la mujer india del EZLN y CNI y la de Emilio Álvarez Icaza. Es muy difícil que reúnan el millón de firmas.
No es menor haber conseguido enviar a segundo lugar a Marine Le Pen, a quien casi todas las encuestas para la segunda vuelta le dan un porcentaje muy por debajo de Emmanuel Macron, joven banquero de centroderecha.
Es un alivio que no triunfe una opción racista y en gran medida neonazi.
No es muy alentador que Mélenchon no sea el otro candidato para la segunda vuelta, aunque sea muy significativo su 19.6%. Era la mejor opción a pesar de sus posturas conservadoras ante Venezuela y la UE. M