UN PEDAZO DE MÉXICO
Pese a no haber un título de por medio, el duelo entre Canelo y Chávez tendrá un reconocimiento único; una obra de arte que representa el corazón del país
Quizá el huichol Luis de la Cruz no vea la pelea
Canelo-Chávez, que tendrá como reconocimiento un cinturón especial del Consejo Mundial de Boxeo en el que él trabajó más de 300 horas para pegar las 40 mil chaquiras que lo adornan.
Las probabilidades están en su contra, porque en su natal San Andrés Cohamiata solo dos casas tienen televisión y la suya no es una de ellas.
“No tengo (tv), pero la puedo ver con alguno de mis amigos o si no, después”, dijo a La Afición el artesano, quien además es alguacil y guardián del Abuelo Fuego, en el pueblo que se encuentra a más de 11 horas de Guadalajara, Jalisco.
El trabajo en el cinturón para el ganador cuenta una historia antigua que los huicholes han preservado, y para realizarlo, De la Cruz tuvo que viajar a San Luis Potosí, a Wirikuta, uno de los territorios sagrados de la cosmogonía wixárika, para pedir permiso y dejar ofrendas.
“El hikuri (peyote) me dio las visiones, las tengo en la mente y copio, este cinto es protección, aquí están nuestros lugares sagrados: Huaxamanaka (Durango), Wirikuta (SLP), Haramaratsie (Nayarit), Xapawiyemeta (Jalisco) y Te´Akata (Jalisco)”, dijo el artista de 33 años, quien al plasmar su arte en un reconocimiento deportivo busca despertar interés en las tradiciones de su comunidad.
Luis conoció el boxeo cuando era pequeño, en un viaje que hizo con sus padres a la ciudad, pero ahora que se reencuentra con él, no puede esconder la sonrisa y sentirse “como todo un campeón”.
“Fue un proceso muy bonito y emotivo, ahora terminado es especial, entregaremos un pedazo de México, digno del mayor representante del boxeo nacional”, declaró Mauricio Sulaimán, presidente del CMB.
De la Cruz no tiene favorito, solo espera que gane el mejor y levante lo que para él es lo más sagrado.