El inseguro futuro de JC
Julio César reconoció los errores en la estrategia contra Saúl Álvarez y ahora quiere hacer algo para volver
Sentado en la sala de su habitación, en el piso 29 del Skyloft del MGM, Julio César Chávez Jr., con gafas negras y una gorra, encorvado y sin prestar atención a su entorno, observó en su celular los 47 minutos de la pelea que perdió por amplia decisión unánime ante Saúl Álvarez, unas horas antes en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Sin nada qué festejar, acompañado por su tío Rodolfo Chávez, su abogado, un enorme guarura de rastas rubias y un par de miembros de su equipo, Julio escuchaba atento las palabras que los narradores dijeron durante la transmisión de la pelea, la gran mayoría de los comentarios lo hicieron pedazos por su falta de competitividad.
“Lo malo de todo esto es que Canelo no volverá a llamar”, rompió el silencio mientras seguía viendo la pelea, entonces intentó seguir tomando una cerveza que tenía, pero terminó desistiendo: “es que no me entra”.
A diferencia de otras ocasiones, sus papás, hermanos, esposa e hija, no estaban ahí, con él, a su lado.
“Sé que no me arriesgué. Hubo algo en mí que no me permitió sentir esa fuerza de antes. No sé si fue mental o físico… pero quiero creer que fue por esos cinco años que no peleaba por debajo de las 168 libras y por la inactividad”, explicó el sinaloense, quien a diferencia de cuando subió a la conferencia terminando la pelea, ahora tenía el ojo izquierdo casi cerrado pues “me soné y la presión hizo que se me inflamara”.
El Junior no pudo explicar a ciencia cierta qué fue lo que pasó la noche del sábado arriba del ring, pero sabe que el cambio de estilo que le hizo Ignacio Beristáin lo llevó a no saber cómo atacar. Reconoce que no lució como esperaba y que Canelo ganó bien, pero que aun así, no lo asombró.
“Canelo es rápido, es un peleador bueno, pero que nunca pudo lastimarme, ni me puso en aprietos. Yo sabía que aunque no llegaba en mi mejor momento tenía que agarrar la pelea, era una buena oportunidad. Hubo
no es un peleador que te arrolle, que pegue duro y me arrepiento de no hacer más” Esta pelea me hizo saber dónde estoy parado. Sacando lo bueno, no me lastimó”
mucho dinero de por medio y lo tomé. Pensé que me iba a querer noquear y al pararse lo iba yo a agarrar con un golpe, pero no tuve la fuerza para atacarlo. Para mí no es el mejor, para mí (Sergio Maravilla) Martínez es mucho mejor peleador”, calificó.
La derrota dolió, pero Chávez Carrasco –quien ahora tiene tres descalabros en su carrera– aseguró que volverá a meterse en la mezcla para las mejores peleas y sabe cuál es el camino: evitar la inactividad.
“Vamos a seguir echándole ganas, vamos a continuar en septiembre en 168 libras ante Daniel Jacobs, un rival ante el cual debo demostrar que el peso me afectó en esta pelea. Ganarle a Jacobs, quien le dio muchos problemas a (Gennady) Golovkin, me daría argumentos para fundamentar la posición que jugó el peso en todo esto, para después buscar al ganador de Canelo y Golovkin”, finalizó el peleador, quien solo, sin Beristáin, Memo Heredia y su familia, empezó a procesar el haber perdido su primera gran rivalidad.
Boxeador mexicano