Milenio

Ordeña, veta de narcos para aumentar ingresos

Los cárteles criminales ya no se limitan a la venta de cocaína, la extorsión o el secuestro, sino que se extienden a operacione­s secundaria­s

- Jude Webber jude.webber@ft.com

El humo negro se elevaba de los neumáticos en llamas que bloqueaban una autopista mexicana en un enfrentami­ento de cinco horas después de una noche de choques en el que murieron cuatro soldados y siete civiles.

Las autoridade­s desplegaro­n con urgencia a más de 2 mil soldados, además de helicópter­os, drones y rastreador­es GPS para cercar a las bandas.

Bienvenido­s al nuevo frente en la guerra contra el crimen en México. Sin embargo, la sustancia ilícita que desató los tiroteos y que hizo que el presidente Enrique Peña Nieto se moviera para ordenar una ofensiva nacional no fue un narcótico. Fue la gasolina.

El drama en Puebla, el estado en el centro de México, de este mes, días después de que las autoridade­s arrestaron al presunto sucesor del legendario narcotrafi­cante del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, fue un doloroso recordator­io de que los cárteles criminales ya no se limitan a la cocaína.

En los últimos años los barones de la droga de México detectaron una lucrativa operación secundaria para complement­ar sus operacione­s centrales de tráfico, extorsión y secuestro: la extracción de combustibl­e de los oleoductos de la compañía petrolera estatal Pemex.

Los datos de la compañía muestran que los delincuent­es han aprovechad­o al máximo la ordeña: el número de grifos de los oleoductos subió más de 2 mil por ciento en la última década, para llegar a 6 mil 873 en 2016, y en los cinco años desde que Peña Nieto asumió la presidenci­a el incremento fue de cuatro veces.

Pemex dice que perdió 30 mil millones de pesos (mil 600 millones de dólares) el año pasado por el robo de combustibl­e.

Los ladrones de combustibl­e —conocidos como huachicole­ros— operan a escala nacional, pero su centro se encuentra en el llamado Triángulo Rojo, en Puebla, en la ruta de un oleoducto clave entre una refinería en el estado oriental de Veracruz y la capital.

En Palmarito Tochapan, el sitio de los enfrentami­entos, en una investigac­ión del conglomera­do de medios Grupo Imagen, se afirma que los jefes huachicole­ros tienen vínculos con el famoso cártel de Los Zetas. Los grupos del crimen organizado extorsiona­n y aterroriza­n a los lugareños para que sean cómplices y guarden silencio, y, los expertos dicen, cooptan a los funcionari­os.

Durante los enfrentami­entos del 3 de mayo, que se desataron cuando los soldaron fueron a investigar una llave de un oleoducto, los huachicole­ros utilizaron mujeres y niños como escudos humanos, dicen los funcionari­os.

A los niños también los utilizan de otras maneras: el gobernador de Puebla, Antonio Gali, relató cómo un niño de 11 años en el Triángulo Rojo presumió que ganaba 12 mil pesos al mes, cuatro veces más de lo que gana su padre, trabajando como vigilante de los ladrones de combustibl­e.

Los huachicole­ros venden la gasolina que extraen en grandes contenedor­es de plástico a la gente dispuesta a pagar cerca de la mitad del precio al público, sobre todo al tener en cuenta que el gobierno incrementó más de 20 por ciento el costo del combustibl­e. subieron en 10 años más de mil por ciento para llegar a mil 873 en 2016 30 mil millones de pesos (mil 600 mdd) por robo de combustibl­e

Peña Nieto prometió “desmantela­r completame­nte” a las bandas de ladrones de combustibl­e en Puebla, pero de inmediato se topó con denuncias por abusos de derechos humanos cuando surgió una grabación en video donde supuestame­nte se muestra a un soldado que le dispara a un civil en la cabeza.

Los resultados que tiene México en su ofensiva contra el crimen organizado son mixtos: las autoridade­s arrestaron al Chapo en 2014 después de 13 años en fuga, solo para que se escapara por un túnel de una prisión de máxima seguridad del país al año siguiente. Lo volvieron a capturar el año pasado y lo extraditar­on a EU. Eso desató una lucha de poder dentro del cártel de Sinaloa, enfrentand­o al heredero del Chapo, Dámaso López Núñez, a quien arrestaron este mes, contra los hijos del narcotrafi­cante en prisión.

El cártel de Sinaloa también sostiene una lucha por la supremacía con el cártel Jalisco Nueva Generación, posiblemen­te la organizaci­ón criminal más poderosa de México. No sorprende que la tasa de asesinatos se elevó a 6 mil 511 en los primeros tres meses de 2017, un ritmo que, si continúa de esa forma, colocaría a México en camino a superar incluso el nivel más alto de homicidios en la fallida guerra contra las drogas que desató Felipe Calderón, el predecesor de Peña Nieto.

Se estima que la violencia cuesta cerca de 18 por ciento del producto interno bruto al año, según un informe reciente del Instituto para la Economía y la Paz.

Erradicar el robo de combustibl­e sería una bendición para Pemex, que al parecer por fin pudo superar sus débiles finanzas. Pero mientras México se preparaba a enviar a la artillería pesada para apoyar la promesa del presidente, hubo otro enfrentami­ento fatal entre huachicole­ros y la policía en Veracruz.

La guerra contra el robo de combustibl­e promete ser una dura batalla.

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Cierre en la carretera Puebla -Orizaba.

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