Milenio

AL ACECHO LOS MEJOR

Con el cuarto promedio más efectivo de goles por semestre, al sumar 51 dianas entre Liga y la Liguilla, el francés tiene cifras similares a las de Pepe Cardozo, Jared Borgetti y Chucho Benítez

- Rubén Guerrero Atilano/ Con Marcelo Bielsa, Gignac tuvo una relación especial

Pocos creerían la historia de superación constante de André-Pierre Gignac durante los últimos tres años. Antes del inicio de la temporada 2014-15, el francés era cuestionad­o por su entorno cercano debido al sobrepeso con el que había cerrado su participac­ión una campaña antes. Marginado de disputar la Copa del Mundo y a punto del declive, su vida futbolísti­ca daría un giro un tanto inesperado. Aquel verano, a Marsella llegaría Marcelo Bielsa como entrenador, un estratega que no conoce de jerarquías y que pondría disciplina para recuperar la mejor versión del ariete.

Por la falta de goles y mofas de su aspecto físico, la prensa y cierto sector de aficionado­s del Olympique apodaron Big Mac-Gignac al delantero; André vivía sus horas más bajas... El arribo del Loco al timón sería fundamenta­l para conseguir lo imposible. Versiones aseguran que Bielsa habló en privado con él más de una vez, que trató y logró convencerl­o de que su papel era fundamenta­l para el colectivo. “Te voy a hacer que conviertas más de 20 goles por temporada”, dicen que le propuso.

De aquella única temporada en Marsella, YouTube guarda sus mejores charlas, ya fuera en conferenci­as o con el grupo. Bielsa, como casi siempre, dejó huella con el Olympique y con Gignac. Al término de ese año futbolísti­co, el equipo se colocó en el cuarto peldaño, a dos puntos de Champions League y detrás del PSG, Lyon y Mónaco; en lo individual, y siguiendo los consejos y métodos del entrenador argentino, AndréPierr­e firmó 20 dianas, como le había presupuest­ado su jefe, era sublíder de goleo (solo detrás de Alexandre Lacazette, con 27), superando a Zlatan Ibrahimovi­c (19) y Edinson Cavani (18).

El final de la temporada también indicó las partidas de Bielsa y Gignac. Incluso, se comentó que el delantero pidió hablar con Marcelo una última vez para tomar una decisión relevante en su trayectori­a... Semanas más tarde, en el Régimen de Transferen­cias de la Liga Mx, en Cancún, un fichaje sacudía la actualidad de Tigres, que hacía oficial la llegada de un desconocid­o delantero francés. La contrataci­ón se tachaba de exótica y hasta de temporal, pues antes, el cuadro felino ya había exhibido gusto culposo por futbolista­s de latitudes lejanas, que más tardaban en llegar, que en abandonar la institució­n con escaso éxito deportivo de por medio. Nadie imaginaba ni la mitad de lo que conseguirí­a.

Lo demás, ya es sabido por todos, Gignac se convirtió en una especie de terratenie­nte del Tuca Ferretti dentro del campo de juego, su futbol y goles le alcanzaron para sumar presencia permanente en las consiguien­tes Liguillas, mientras que la afición lo acuñaría como un ídolo, como un jugador diferente y referente. El francés les responderí­a y no solo con buenas actuacione­s; realizar la seña de Libres y Lokos en un partido oficial con Francia, al marcar gol o realizar tertulias con los líderes de dicha porra, para conocerlos mejor, formarían parte de su cotidianid­ad.

Vendrían los títulos (dos de Liga) y varias distincion­es individual­es. Los goles caerían por racimos, la tendencia que empezó con Bielsa, seguiría con Ferretti, incluso con una compenetra­ción mayor con el estratega brasileño: “Son entrenador­es muy diferentes, ambos son muy buenos, los estimo, pero Tuca es más cercano; Marcelo se dedica a trabajar, a inculcarte sus formas y a hacerlo bien, pero con Ricardo es una relación de mayor confianza fuera del campo”, dijo a la revista Life & Style, en su primera entrevista a un medio mexicano.

Y ha funcionado. Gignac, pese a los rumores que lo vinculan con algún club de otra Liga, ya sea en China, España o Turquía, al final de cada temporada sigue en México y gustoso de hacerlo: “Es mi casa; estoy feliz aquí”, señaló en la misma charla. “Es un muchacho extraordin­ario, un futbolista muy completo, que nos da muchísimo; ojalá que podamos tenerlo aquí por mucho tiempo más”, comentó su actual estratega al final del Apertura 2016 y luego de levantar un nuevo título local.

Son los números los que demuestran su aporte: a lo largo de casi dos años en México, Gignac completa 78 encuentros, entre Liga y Liguilla y 51 anotacione­s, promediand­o 12.7 festejos por semestre, que no es

una situación menor, pues esta marca es la cuarta más destacada en torneos de un semestre de duración. Las brillantes cifras de André-Pierre solo las superan tres de los mejores goleadores de la era moderna: José Saturnino Cardozo, Jared Borgetti y Christian Benítez, los tres, en sus cuatro torneos más productivo­s de cada uno.

Cardozo es y difícilmen­te dejará de serlo, el mejor anotador de los certámenes cortos y es que entre el 2002 y 2003, el paraguayo marcó 87 anotacione­s, promediand­o 21.7 conquistas por cada justa; detrás del guaraní, aparece la marca de Jared Borgetti, que entre el 2000 y 2001, además de un bicampeona­to de goleo, marcó 62 veces, consiguien­do un récord de 15.5 dianas al final de cada certamen; Christian Benítez (QEPD), entre el 2011 y 2013, además del tricampeon­ato de anotacione­s, logró 52 conquistas, una más que Gignac, para conseguir un total de 13 en cada competenci­a.

Y pese a todo, el francés sigue vigente, al acecho de cualquiera de estas tres marcas, pues como hace dos años, parece que solo será cuestión de tiempo para que las iguale o supere... Y pensar que todo empezó en Francia, en Marsella, y con la llegada de Marcelo Bielsa.

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