Mueren 3 personas más en marchas de Venezuela
Choques violentos en diversas ciudades de ese país eleva la cifra de muertos a 42; son “crímenes de lesa humanidad”, considera la OEA
Tres personas murieron en Venezuela luego de resultar heridas en manifestaciones, lo que elevó a 42 la cifra de fallecidos en mes y medio de constantes protestas contra el presidente Nicolás Maduro.
La fiscalía dijo a través de su cuenta de Twitter que Diego Arellano murió en la ciudad de San Antonio de los Altos, cerca de la capital, a mediodía de ayer, cuando se desarrollaba una protesta, sin informar su edad.
También reportó que otras dos personas fallecieron durante las refriegas en diferentes estados.
Uno de ellos, Diego Hernández, de 33 años, fue herido de bala el lunes en el tórax cuando se encontraba en una manifestación en el estado de Táchira, frontera con Colombia, y el organismo acusó del hecho a un funcionario de la policía regional, ahora detenido.
En la madrugada del martes también falleció Yeison Mora Castillo, de 17 años, en el estado de Barinas, informó la fiscalía.
El adolescente resultó herido de bala en la cabeza “cuando repentinamente llegó un grupo de personas que efectuó varios disparos” la noche del lunes.
Otros manifestantes y policías fueron heridos en las últimas protestas, que se realizan casi a diario desde marzo, la mayoría organizadas por la oposición en demanda de una salida electoral a la crisis política y económica que enfrenta el país petrolero.
Funcionarios acusan a sus enemigos políticos de buscar apoyo internacional y agitar las calles con manifestaciones y disturbios a fin de derrocar al gobierno socialista.
Para mañana, la oposición convocó a una marcha hacia la sede del Ministerio de Interior, y el sábado está prevista una manifestación en todo el país denominada “Somos Millones” “Sigue la resistencia”. En Washington, el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, sugirió que la fuerza armada venezolana está cometiendo crímenes contra la humanidad y responsabilizó de las muertes en las protestas a los ministros del Interior y Defensa, Néstor Reverol y Vladimir Padrino, y al jefe de la Guardia Nacional (policía militarizada), mayor general Antonio Benavides Torres.
Los miembros de la OEA acordaron el lunes reunirse el 31 de mayo para examinar la crisis de Venezuela, que enfrenta una re- cesión económica desde hace tres años y que lidia con una escasez de bienes básicos y medicinas.
Maduro aprobó un nuevo decreto de “estado de excepción y emergencia económica” que restringe las garantías constitucionales en todo el territorio nacional para “preservar el orden interno”. Este decreto permite al gobierno disponer de bienes y mercancías de empresas privadas para garantizar el abastecimiento, y restringir el sistema monetario, todo sin control del Congreso.
No obstante, todas estas restricciones de orden económico ya estaban vigentes desde hace más de un año con un decreto anterior de “excepción y emergencia económica”.
Los decretos de estados de excepción, según la ley, requieren la aprobación parlamento, hoy controlado por la oposición y que actualmente se mantiene en “desacato” por parte del Tribunal Supremo de Justicia. m
El lunes fue el representante demócrata por Texas, Al Green, quien se sumó a los llamados para destituir a Donald Trump, siendo el primer legislador en pedir un juicio político o impeachment tras el despido del director del FBI, James Comey, relacionado con las investigaciones sobre la injerencia de Rusia en los comicios de 2016. Según Green, las acciones realizadas por Trump en las últimas semanas merecen el escrutinio de la Cámara Baja. La razón: obstruir una investigación legal, que estaba en manos de Comey, sobre los lazos de su campaña con el Kremlin. Un escenario comparable para él con el caso Watergate, que en 1974 costó la presidencia a Richard Nixon.
Para el historiador Allan Lichtman, profesor emérito de la American University, célebre porque desde hace 32 años pronostica sin error el resultado de las elecciones en EU –incluyendo la victoria del magnate–, al destituir a Comey, “Donald Trump ha hecho más probable su propia destitución”. Esto, añade, porque “queda demostrado que hay algo que esconder en la investigación rusa”.
En entrevista con el diario La Presse de Montreal, (“Les appels à la destitution de Trump résonnent plus fort”, 16-05), Lichtman recuerda que fue la destitución por Nixon del procurador general Archibald Cox, la que volteó a la opinión pública en su contra y activó el proceso de impeachment en la Cámara Baja. Cox fue nombrado fiscal especial independiente para investigar el escándalo de escuchas telefónicas contra el Partido Demócrata y la indagatoria lo llevó directamente a Nixon, quien terminó despidiéndolo en la llamada “Masacre del sábado por la noche” (Saturday Night Massacre), luego de que el jurista demócrata revelara las cintas que Nixon había grabado en secreto de las conversaciones en la Oficina Oval.
La Presse recuerda que si bien en septiembre anterior, Lichtman sorprendió al predecir, contra todo pronóstico, la victoria de Trump gracias a sus “12 claves de la Casa Blanca” –un método de predicción infalible desde 1984–, también se atrevió a fines de noviembre con otra profecía: tras asumir la presidencia, Trump sería objeto de un juicio político; el tema precisamente de su úmás reciente libro, The Case for Impeachment [Los argumentos para la destitución], publicado por Lichman en abril.
Tras su segunda predicción, Lichman dijo a El País (21-11-2016), que esta se basa “en mis propios instintos, no he seguido ningún tipo de análisis como sí hice con la predicción de su victoria”, auqnue hay dos razones para el juicio. La primera, “Trump es una persona incontrolable y eso no gusta al Congreso”. La segunda: “Ha mostrado ser alguien que respeta poco la ley”. Y eso tampoco gusta. m