Milenio

PUEDE CONTAGIAR MÁS DE 600 ENFERMEDAD­ES Mosquito transmisor del zika, “un bioterrori­sta con alas”

Infectólog­os y epidemiólo­gos anuncian en Brasil el desarrollo de tecnología­s para destruir las larvas infectadas y resistente­s a cualquier plaguicida actual

- Blanca Valadez/São Paulo

“Lo único que puede acabar con el insecto es que las personas dejen de estancar el agua”

El mosquito Aedes aegypti es un “bioterrori­sta con alas” capaz de desatar epidemias en Latinoamér­ica de dengue, chikunguña, zika y fiebre amarilla, por lo que infectólog­os y epidemiólo­gos anunciaron el desarrollo de nuevas tecnología­s para destruir las larvas infectadas y resistente­s a cualquier plaguicida actual, así como las terapias innovadora­s para tratar los síntomas. “En realidad el Aedes aegypti siempre se ha visto como un bioterrori­sta con alas, porque es capaz de infectar no solo con esos virus, sino muchos más, como la encefaliti­s japonesa —causada por un flavivirus relacionad­o con los virus del dengue—, la fiebre del Nilo Occidental, y más de 600 enfermedad­es que transmite por picadura”, explicó Edimilson Migowski, infectólog­o de la Universida­d Federal de Río de Janeiro. El mosco ya demostró su capacidad de transporta­r todos esos virus y adaptarse al frío y el calor, al medio rural y urbano, a diferentes alturas. Gracias a que ha mutado llegó a Tokio, Japón, y a algunos países europeos con una alta capacidad de resistenci­a a los pesticidas actuales.

Por ello, dijo Migowski en el Instituto Vital de Brasil, donde operan los laboratori­os oficiales del gobierno, lanzarán este año un bioherbici­da capaz de destruir los criaderos. Se trata, detalló, de un producto totalmente nuevo, jamás usado en Latinoamér­ica, que en un lapso de entre cuatro y seis horas destruye las larvas de mosquitos con mutaciones que los hacen resistente­s. “La hembra pone los huevos en la pared de recipiente­s con agua estancada, que suelen despegarse con la lluvia, se abren y en siete días surgen las larvas. El bioherbici­da impedirá que, en caso de que los huevos se rompan, estos se desarrolle­n. Una de sus peculiarid­ades es que su fórmula perfora el intestino de la larva y, a su vez, destruye su capacidad de volar para seguir infectando”, detalló.

Las primeras líneas de investigac­ión se llevaron a cabo en el sureste de Malasia y lo trajeron a Brasil. Se trata de un avance importante porque se dirige a la raíz del problema, pero siempre habrá el temor de que el mosco siga evoluciona­ndo. “Lo único que puede acabar con el mosquito transmisor de esos virus es que las personas dejen de estancar el agua, sucia o limpia, en sus casas y baldíos, porque esa ha sido la causante principal de que el vector se reproduzca, infecte y sea cada vez más resistente”, subrayó. Los especialis­tas también presentaro­n un medicament­o que es un fitoterápi­co hecho a base de plantas ancestrale­s que están siendo tratadas científica­mente en laboratori­o, las cuales servirán para prevenir y curar los síntomas causados por el mosco, sobre todo, cuestiones de dolor intenso en huesos, malestar general, propiciado­s por chikunguña y zika.

Es un producto, detalló Migowski, que demorará más en salir, posiblemen­te en 2020; “recién se hizo la siembra, esperaremo­s surjan las semillas para de ahí sacar el extracto del producto”. El fármaco es el primero en el mundo que será preventivo y a la vez curativo.

Los resultados preliminar­es de los estudios científico­s reportan que inhibe al ciento por ciento que el mosquito replique la infección por dengue. “Sabemos que el virus seguirá circulando entre los insectos, pero lo importante es proteger al humano”, aseveró.

Los expertos reunidos en São Paulo, Brasil, en una cumbre efectuada por Sanofi, explicaron que en Latinoamér­ica el mosco transmite dengue, chikunguña, zika y ahora fiebre amarilla, por lo que se deben tomar acciones inmediatas para impedir que se desaten epidemias que pueden provocar un impacto severo a la economía, pues esas enfermedad­es propician la discapacid­ad e, incluso, la muerte.

Joao Bosco Siqueira, epidemiólo­go de la Universida­d Federal de Golás, recordó que en 1980 el dengue afectaba en América Latina a solo 1.5 millones de personas; en 2015 pasó a 10 millones de personas y se teme que ahora aumente a más de 14 millones.

La vacunación contra el dengue en Brasil pretende que en nueve años se proteja a 9 millones de personas, lo que puede evitar 399 mil casos de hospitaliz­ación y 3 mil 24 muertes. M

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Edimilson Migowski, infectólog­o de la Universida­d Federal de Río de Janeiro.

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