Milenio

“EL ARTE NO SIRVE PARA NADA”: FELIPE EHRENBERG

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Se reveló el pasado 15 de mayo el deceso del artista plástico Felipe Ehrenberg a causa de un paro cardiaco a los 73 años. Autor de una vasta obra, fungió también como agregado cultural en Brasil durante la administra­ción foxista. Fue un eslabón entre México y Gran Bretaña durante la década de los setenta cuando se exilió tras los sucesos de 1968. Esta es una entrevista inédita realizada con el editor inglés Tim Girven en julio de 2016.

“El arte no sirve para nada, solo le dio de comer a mis hijos. Yo estoy muy triste con México más que encabronad­o. Brasil me da mucha tristeza también y ya tengo cinco apuestas hechas a que entrará Trump a la Casa Blanca”. Aun desde antes que el republican­o obtuviera “el hueso mayor”, Ehrenberg avizoraba un panorama pesimista y de incertidum­bre política tras el reciente triunfo del brexit. Durante el otoño pasado quedó en presentar una exposición en la galería mexicana Charlton, en el centro de Londres, a la que no pudo acudir personalme­nte por complicaci­ones de salud. ¿Cómo fue este primer encuentro con Inglaterra? Salimos de México a finales de 1968, orillados por las circunstan­cias. Estuve involucrad­o en células de informació­n, publicábam­os noticias del comité de huelga en seis idiomas, reuníamos las de la semana, las traducíamo­s y metíamos copias para unos 30 o 40 correspons­ales entre los periódicos europeos y norteameri­canos, como Oriana Fallaci. Un miembro trabajaba en el correo del aeropuerto, metía toda la correspond­encia con timbre postal franqueada en las bolsas para que llegaran a su destino, así evitaba cualquier inspección. Acabó todo el conflicto, comenzó la represión, arrestaron a varios. Mi primera mujer, la mamá de mis hijos, y yo decidimos salir ipso facto de México. Llegamos a Londres, pedimos asilo y como no dan asilo político, nos permitiero­n quedarnos por “circunstan­cias atenuantes”. Me reporté dos años con la policía y luego me dieron el permiso de residencia. ¿Qué hizo en esa época? Al principio sí fue bastante difícil. Hacíamos ropa de cuero cosida a mano. También hice mucho busking (arte callejero), pintaba en las banquetas. Junto a la casa había una tienda de segunda mano que vendía tiliches de todo tipo, entre ellos un mimeógrafo que me costó 50 libras, mi vieja por poco me mata. Aprendí a hacer los stencils, los imprimí en papel, era obra grabada y los vendí en los cines, exhibicion­es. Ahorita todo está en el MUAC, en el Archivo Ehrenberg. En los archivos del museo inglés Tate Modern está toda mi actividad europea; lo donó unos de mis socios. Mientras que los libros de artista están en la Universida­d de Stanford, ese es el primer archivo que compran de un artista plástico latinoamer­icano. ¿Y el regreso a México? Pasando varios años, a finales del 73, Martha (su ex mujer) se enamoró de uno de mis alumnos holandeses y se fue a Holanda. Para mí fue un poco difícil mantener mi obra, casa, niños. Luis Echeverría ya había declarado una amnistía y juzgué convenient­e regresar. Cuando lo hice quemé virtualmen­te todas mis cuentas con Europa, me remexicani­cé. ¿En qué momento de la historia aparece Brasil? Lourdes (su esposa) y yo coincidimo­s por nuestro interés en Brasil. En el 2000 decidimos celebrarlo con un viaje allá. Cuando regresamos, el nuevo gobierno de Vicente Fox había nombrado a Jorge Castañeda como canciller y él armó un equipo de 18 personas, diplomátic­os de apoyo. Quería mandarme a Barcelona, pero a mí me interesaba mucho más Brasil. Teníamos siete años sin ningún agregado allá y eso no lo sabía él. Jorge y yo nos conocemos desde que éramos jóvenes. Me preguntó si hablaba portugués y dije que perfectame­nte bien, cosa que no era cierto. ¿Qué pasó allá? Hice una película y en una escena aparecí desnudo. Ernesto Derbez era el nuevo canciller, un hombre palurdo de negocios, absolutame­nte estúpido, que de relaciones internacio­nales sabe lo que yo de biología nuclear. Los contratos a los diplomátic­os son anuales y me lo acababan de renovar, pero salió la película en un festival y me corrieron de inmediato. Fue un prurito panista. Ahí sí me expatrié, el ex patriado sale por estar en desacuerdo por algo en su país. ¿Dónde están sus intereses ahora? Yo creo que me quedan unos 15 años de vida. Esta es la segunda vez que puedo comprar una casa, es para mi esposa y yo; estoy haciendo una bodega para mi obra y tengo el mejor panorama del cerro del Tepozteco en Ahuatepec, Morelos, donde me mudaré. Yo ya estaré tranquilo ahí haciendo quién sabe. También he solicitado apoyo del Fonca, pero me lo han rechazado dos veces. Como no soy del PRD ni de Morena y los simpatizan­tes sí están en eso, es una razón para no dar un estímulo, aunque algunos ya los ven como un premio. Mientras tanto, voy a seguir vendiendo mis cosas por mí cuenta. No hay una sola colección privada en México que tenga obra mía, pero he logrado vender en el extranjero, en Brasil y Madrid, nada a mexicanos. ¿Lo considerar­on para el Año Dual México-Reino Unido? ¿Quién me podría haber considerad­o? Alguien con una memoria. ¿Quién me podría haber invitado?, ¿los ingleses o los mexicanos? Porque si son mexicanos yo sé exactament­e por qué no me incluyeron. m

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