BMW, a la conquista del mercado chino de autos
Con la nueva planta en la ciudad de Shenyang, el grupo eleva 50% la capacidad productiva, para alcanzar 450 mil vehículos anuales
Robots en la línea de ensamblaje bailando música disco, sketches de comedia en el dialecto dongbei y una apasionada lectura del poema “Nieve”, de Mao Zedong, le dieron la bienvenida a la apertura de la nueva fábrica de BMW en China.
Para la firma, la inauguración de la planta es una gran apuesta en el mercado automotor de rápido crecimiento del país, ya que aumenta 50 por ciento la capacidad de producción del grupo en China para alcanzar 450 mil vehículos al año.
Ubicada en la ciudad norteña de Shenyang, la nueva instalación de BMW de 45 mil metros cuadrados costó mil millones de euros en su construcción y es un brillante ejemplo de la fabricación de alta tecnología alemana.
Los trabajadores utilizan exoesqueletos, guantes inteligentes y anteojos de realidad aumentada que les permite ver dentro de un motor de realidad virtual o conversar en línea con el robot de inteligencia artificial de la planta, que tiene el apodo de Xiao Bao.
Destaca la importancia que tiene China para la estrategia corporativa de BMW y el importante campo de batalla para los principales grupos automotrices. China superó a Estados Unidos en 2009 para convertirse en el mercado automotor más grande.
En el extremo de lujo del sector, los alemanes son la fuerza dominante. Más de 70 por ciento de los 2.2 millones de vehículos de lujo vendidos en China el año pasado fueron alemanes, liderados por Audi, BMW y Mercedes-Benz.
En el caso de BMW, el país representa 22 por ciento de sus ventas de automóviles a escala mundial, de acuerdo con la compañía, y aproximadamente 28 por ciento de los ingresos antes de impuestos, dice Evercore en Londres.
La automotriz espera que su estrategia en China le ayude a recuperar la corona de ventas mundiales en el mercado premium, que ganó Mercedes-Benz, propiedad de Daimler, el año pasado.
También fija la mira en Audi, la unidad de lujo de Volkswagen, que es el líder de ventas en China desde 1988.
El desempeño de BMW en China en lo que va del año es prometedor, con un aumento de ventas de 18 por ciento en los primeros cuatro meses, para llegar a 191 mil 697 unidades, cantidad suficiente para superar a Audi, cuyas ventas en China cayeron casi un quinto en el mismo periodo, para llegar a 154 mil 873 unidades.
Su planta de Shenyang genera enormes cantidades de datos todos los días. Solo apretar 140 mil tornillos crea una gran cantidad de datos, que se analizan para el par de torsión y el ángulo óptimo.
El taller está 95 por ciento automatizado, y una prensa de alta tecnología puede producir en la planta sedanes BMW de la Serie 5, 130 kilogramos más ligeros que las versiones anteriores del modelo. “Esta es la planta más moderna, sustentable y eficiente dentro de BMW”, dice Nicolas Peter, director financiero de la marca. “En la actualidad, Shenyang establece un nuevo estándar. Tal vez en dos años estará en otra parte, pero por el momento, esto es”.
Analistas dicen que la nueva planta es solo el comienzo de un plan ambicioso para duplicar la producción en China de los niveles de 2016 a 600 mil vehículos para 2020. “Es, por mucho, el mejor mercado de BMW en términos de perspectiva de crecimiento, ningún otro lugar se acerca, ni remotamente”, dice Robin Zhu, de Bernstein en Hong Kong.
Sin embargo, directivos de BMW dicen que son cautelosos de ser demasiado dependientes de China.
Para empezar, aunque la industria automotriz china registró su Benz y BMW colocaron 1.5 millones de vehículos de lujo durante 2016 mayor tasa de crecimiento en tres años en 2016, se proyecta que el mercado se va a enfriar.
McKinsey dice que se expandió a una tasa de crecimiento anual compuesta de 12 por ciento de 2010 a 2015. Proyecta que se va a desacelerar a entre 5 y 10 por ciento de 2016 a 2020.
El proyecto de Shenyang también se enfrentó a una serie de retos en el camino.
En 2013, el Ministerio de Medio Ambiente de China la investigó por el impacto que tiene el aumento de producción en la planta de Shenyang. Mantener la disposición de China requiere un esfuerzo considerable, dicen en privado los funcionarios de la compañía. “Todo lo que hace ahora BMW requiere de la total consideración del consumidor chino y del regulador”, dice Arndt Ellinghorst, director de investigación automotriz de Evercore ISI en Londres.
Pero claramente la tentación es aprovechar el reconocimiento de la marca de la compañía en el mercado grande de mayor crecimiento del mundo. “No muchas compañías tienen un capital de marca que sea capaz de crear una gran atracción entre el mayor consumidor emergente”, dice Ellinghorst. “O para decirlo de esta manera, BMW nunca podría pagar los altos salarios en Múnich si no fuera por los consumidores chinos”.
Los fabricantes de alta tecnología, como BMW, también se consideran una inspiración para los propios esfuerzos de China de hacer que su sector de manufactura sea más competitivo a escala mundial, una política conocida como Hecho en China 2025, con la que BMW se ha esforzado para relacionarla con la nueva planta en cada oportunidad que tiene. “Estamos realmente orgullosos de contribuir a Made in China 2025”, dice Peter. La iniciativa de Pekín se basa en el propio empuje de fabricación de alta tecnología de Alemania, que tiene como ejemplo las fábricas de BMW.
BMW también se esforzó para cortejar al gobierno local. Desde 2003, la compañía trabaja en la ciudad de Shenyang, en la provincia afectada económicamente de Liaoning.
Antes, la capital de acero y carbón de China, Liaoning, fue golpeada fuertemente por el exceso de oferta de metales en el mundo, y el año pasado se cerró una capacidad de producción de acero de 13 millones de toneladas.