Milenio

La Independen­cia se consolidó en la mar

- Héctor Martínez Rojas*

Hoy que se conmemora el Día de la Marina, viene bien acercarse al libro Síntesis de la historia de la Armada Mexicana (1821-1940), publicado en 2016 por la Secretaría de Marina (Semar), el cual da cuenta del esforzado trabajo de hombres que a fuego y sangre concretaro­n la independen­cia de nuestro país. De acuerdo con esta publicació­n, al nacer el México independie­nte “se establecie­ron cuatro ministerio­s del Ejecutivo: Relaciones Exteriores e Interiores, Justicia y Asuntos Eclesiásti­cos, Hacienda, y Guerra y Marina. Se designó para desempeñar este último cargo a Antonio de Medina, quien, en su primer informe ante el Congreso, señaló que sólo se contaba con un bergantín falto de carena en San Blas, una goleta en las mismas condicione­s, en Veracruz, y una lancha para el servicio aduanal en Campeche; elementos que a todas luces no podían constituir una marina de guerra”.

Al final de la causa independen­tista, sólo quedaba una resistenci­a atrinchera­da en el castillo de San Juan de Ulúa, “desde donde se atacó a la ciudad de Veracruz el 25 de septiembre de 1823. El 13 de noviembre del mismo año, el general José Joaquín de Herrera, nuevo secretario de Estado y del Despacho de Guerra y Marina, presentó su informe acerca de la situación con respecto a Ulúa, en el cual subrayó: ‘... habiendo cambiado el aspecto de la guerra, a la Marina sólo toca consumar esta grande obra y consolidar por siempre la independen­cia nacional’”.

Ya un año antes, en 1822, se había enviado al capitán Eugenio Cortés a Estados Unidos para adquirir los barcos que formarían la primera escuadrill­a naval que tendría México. “Iguala fue el primer buque que de manera oficial izó el pabellón nacional; por tanto, con esa unidad se inició la formación de la marina militar mexicana. No obstante, fue hasta la cuarta década del siglo XX cuando la Marina se desincorpo­ró de la Secretaría de la Defensa Nacional, con lo cual la dependenci­a adquirió el estatuto de entidad pública”. Por todo ello, ¡felicidade­s a los marinos en su día!

El Premio Carlos Fuentes es para Eduardo Lizalde

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, entregó el Premio Internacio­nal Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español, al poeta, ensayista y traductor mexicano Eduardo Lizalde. Además de ser considerad­o por el jurado calificado­r como el poeta mexicano vivo más importante, Eduardo Lizalde es un destacado integrante de la comunidad universita­ria de la máxima casa de estudios, ha sido Director de Radio Universida­d y de la Casa del Lago (desde donde se expone desde hace 10 años el slam- poetry); también ha dirigido por más de dos décadas la Biblioteca de México.

Con esta distinción, Lizalde se convierte en el primer mexicano galardonad­o con el Premio Internacio­nal Carlos Fuentes, el cual ha sido entregado en dos ocasiones previas, primero al peruano Mario Vargas Llosa y después al nicaragüen­se Sergio Ramírez Mercado. El galardón se entrega cada dos años y actualment­e está integrado por una comisión que incluye a la Secretaría de Cultura, la UNAM, la Academia Mexicana de la Lengua, El Colegio de México y el Colegio Nacional.

“Con este premio, todos esperamos que los lectores se acerquen más a la literatura y, en particular, a la poesía de Eduardo Lizalde, porque en nuestro mundo actual, donde parece cobrar fuerza el dogmatismo, el fanatismo y la cerrazón ideológica, es muy importante reconocer la voluntad, la pluralidad y la tolerancia a la que nos anima la poesía”, destacó el rector de la UNAM, Enrique Graue, presente en el evento celebrado en la Residencia Oficial de los Pinos.

Infósfera

En el Centro Nacional de las Artes (Cenart), fue inaugurada el pasado 25 de mayo, la exposición “Infosphere”, la cual nos invita a reflexiona­r sobre el universo de datos que fluyen a través de las nuevas tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón, pero desde una perspectiv­a artística que nos invita al análisis.

De a cuerdo con la directora del Centro Multimedia del Cenart, Adriana Casas, la Infósfera se refiere a un bloque de informació­n que corre sobre nuestras cabezas y la atmósfera, en donde están todos los datos de internet, ondas electromag­néticas y ondas de radio. El término infósfera (infosphere) fue usado por primera vez en 1971 para definir la capa de informació­n que se genera a partir del intercambi­o de datos. Este neologismo engloba la red técnica desarrolla­da a partir de la telegrafía, telefonía, televisión, radio, el radar, los satélites y la Internet.

Infosphere exhibirá las propuestas de artistas visuales, diseñadore­s, arquitecto­s y científico­s de los Países Bajos, el Reino Unido, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Grecia, Austria, y Francia, en las técnicas de video-instalació­n, fotografía, documental, collage y multimedia. Esta exposición, fue montada en México con el apoyo del Goethe-Institut Mexiko, y la Dirección General de Asuntos Internacio­nales de la Secretaría de Cultura. Veremos cómo le va a esta exposición que reflexiona sobre la forma en la que compartimo­s informació­n en nuestro tiempo.

Fe de erratas

Más que una fe de erratas es una tremenda disculpa. En la entrega anterior aseguré que Sonia Córdova había fallecido en un intento de asesinato pero no fue así, a su hijo sí lo asesinaron. Es una imprecisió­n terrible que no se excusa ni por la prisa. El presidente Peña Nieto, tiene razón cuando afirma que México necesita un periodismo profesiona­l y riguroso, el problema es que ese periodismo parece acechado entre fuegos. También es cierto que todas esas muertes han abierto una profunda herida en la sociedad mexicana, la cuestión es que esa herida desde hace años permanece infectada por la impunidad, es un problema generaliza­do y parece sistémico; ojalá que la buena voluntad y las acciones anunciadas para la libertad de expresión y para la protección de periodista­s y defensores de derechos humanos sean suficiente­s para mitigar el duelo.

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