Los zombis
obligados a tomar esta clase de decisiones, como ocurre en todas las casas productoras del mundo, producen un especial de dos capítulos, una película o algo por el estilo.
Esto es importante por el más elemental respeto a sus suscriptores.
Les suplico que recapaciten, porque, de lo contrario, poco a poco dejarán de ser la marca idealizada, las multitudes se comenzarán a sentir tan defraudadas por ustedes como luego se sienten por otras compañías y los van a empezar a atacar.
Queridos fanáticos de Sense8, de Marco Polo, de The Get Down y de muchos otros títulos que han sido cancelados por Netflix, abran los ojos.
Netflix no es ni mejor ni peor que nadie. Todo ese cuento de que ahí sucedían milagros a favor de la calidad y de los segmentos de mercado más especiales del mundo es solo una bonita etiqueta.
En ese sistema de distribución de contenidos en línea también hay basura, también se cancelan producciones propias y también hay algo parecido a los cambios de programación de la televisión abierta, de los cables y de las antenas directas al hogar.
¿O qué, a usted no le ha pasado que cuando quiere ver algo que había visto en el menú ya se lo quitaron, porque vencieron los derechos?
Yo le pregunto: ¿por qué cuando la televisión abierta o la de paga cancela un proyecto se hace un escándalo monumental, la prensa se vuelva en odio y la gente no para de atacar, y cuando Netflix lo hace, no?
O todos coludos o todos rabones. ¿O usted qué opina?